A menos de 24 horas de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que adoptará aranceles de 25% sobre el acero importado y de 10% para el aluminio producido en el exterior por razones de seguridad nacional, dos de sus mayores socios comerciales adelantaron que responderán con medidas similares.

"Pondremos aranceles sobre Harley-Davidson, el whisky estadounidense y los pantalones Levis", detalló Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, quien añadió que "nos gustaría una relación razonable con Estados Unidos, pero no podemos simplemente enterrar nuestra cabeza en la arena".

Mientras, una fuente citada por Reuters dijo que la Unión Europea planea aplicar una tarifa de 25% sobre bienes que totalizan US$ 3.500 millones para "reequilibrar" el comercio bilateral, agregando que los impuestos se dividirían en partes iguales sobre el acero, productos industriales y agrícolas.

En tanto, Eletrolux, el mayor fabricante europeo de electrodomésticos, decidió suspender una inversión de US$ 250 millones en Tennessee que había anunciado en enero.

"Creemos que las tarifas pueden causar un aumento bastante considerable en el precio del acero en el mercado estadounidense", aseveró Daniel Frykholm, vocero de la compañía, citado por Reuters.

Represalia desde China

Por su parte, China aseguró que actuará para defender sus intereses si es que los aranceles de Trump afectan a sus bienes.

"La mayoría de los productos de acero y aluminio que EE.UU. importa son productos de gama media o baja y eso no ha dañado la seguridad nacional de país", sostuvo Wang Hejun, jefe de la Oficina de Compensación Comercial e Investigación del Ministerio de Comercio de China.

En una investigación no relacionada con las sobretasas informadas por Trump, el Departamento de Comercio de EE.UU. decidió esta semana aplicar impuestos de hasta 106% sobre el papel de aluminio chino por vender el producto por debajo del valor de mercado justo.

Su contraparte asiática rechazó la maniobra y advirtió que "tomará las medidas necesarias para defender nuestros derechos legítimos".

"Guerras buenas"

En medio de las críticas recibidas por el resto de la comunidad internacional, el mandatario estadounidense mostró un tono desafiante al manifestar que las guerras comerciales "son buenas y fáciles de ganar".

A través de Twitter, Trump afirmó que "cuando un país (EE.UU.) está perdiendo muchos miles de millones de dólares en comercio con virtualmente cada país con el que tiene negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar".

En una publicación posterior, expresó que "debemos proteger a nuestro país y a nuestros trabajadores. Nuestra industria de acero está en mal estado. Si no tienes acero, no tienes un país".

En tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó que es posible que los aranceles afecten a la economía estadounidense. "Las restricciones a las importaciones anunciadas por el presidente de EE.UU. probablemente causarán daño no sólo fuera de EE.UU., sino también a la propia economía de EE.UU., incluyendo a sus sectores de manufactura y construcción, que son grandes usuarios del aluminio y el acero", declaró Gerry Rice, vocero del FMI.

El funcionario mostró su inquietud por el hecho que otros países utilicen la seguridad nacional como justificación para imponer limitaciones en esta área e hizo un llamado a reducir las barreras comerciales y resolver los desacuerdos "sin recurrir a tales medidas de emergencia".

Con todo, las bolsas europeas profundizaron las pérdidas anotadas el jueves con descensos superiores a 2%.

En Wall Street, los resultados fueron mixtos, con el Dow Jones y el Nasdaq bajando hasta 0,3% y el S&P 500 subiendo 0,5%.

Respecto del efecto de las tarifas en Chile, fuentes del sector siderúrgico doméstico comentaron que, de prosperar los impuestos impulsados por Trump, la principal preocupación estará en los desvíos de producción y que eventualmente el acero chino con destino a EE.UU. termine en otros mercados, incluyendo el local.