Infraestructura y Tráfico Ferroviario (ITF) es el nombre de la sociedad mediante la cual, Empresas de Ferrocarriles del Estado (EFE) y la Empresa Portuaria San Antonio (Epsa), concretarán el proyecto Plataforma Logística Ferro-portuaria Intermodal, iniciativa con la que se busca mejorar la conectividad de los puertos de la Región de Valparaíso con la capital del país y que consiste en el desarrollo y mejoramiento de los corredores ferroviarios, por más de US$ 3 mil millones.

El proyecto, que se está desarrollando hace meses, tomó fuerza en las últimas semanas, luego de que la Presidenta Michelle Bachelet, anunciara que el Puerto de Gran Escala (PGE) se construirá en San Antonio por otros US$ 3.380 millones.

Así, las estatales definieron utilizar a ITF como vehículo para concretar el proyecto. Dicha firma es una sociedad anónima cerrada, filial de EFE, que controla el 99,9% de su patrimonio y que fue constituida en 1995, pero que hasta ahora se había mantenido "inerte". A ella ingresará, en un primer momento y en calidad de invitado -mediante un acuerdo con características de un pacto de accionistas- Epsa.

Sin embargo, la idea es buscar la fórmula legal para que ITF sea filial de ambas compañías en el futuro.

La decisión, permite que ambas estatales trabajen desde ya en el proyecto, ya que no involucra la creación de una ley especial, motivo por el cual se espera que desde aquí a abril estén listas todas las definiciones.

"(Tras el anuncio del PGE), tenemos que volcar los esfuerzos al tema logístico, ya que el puerto no se entiende sin logística que pueda traer todos los contenedores desde los puertos al sur y viceversa. Hoy existe una franja ferroviaria entre Santiago y San Antonio, y el proyecto que ha logrado EFE tiene que ver con desarrollar esa plataforma", señaló el presidente de Epsa, José Luis Mardones.

"Todo eso requiere que trabajemos de manera coordinada, constituyendo un solo actor, una empresa común, con un aporte de ejecutivos de ambas compañías", complementó el presidente de EFE, Germán Correa.

En esa línea, Mardones añadió que la empresa conjunta va a actuar como contraparte de un concesionario privado y que la idea es que las inversiones más cuantiosas sean realizadas por éste.

"Nuestras primeras estimaciones nos indican que dado el alto flujo de carga este es un proyecto que tiene rentabilidad privada. Tenemos que hacer ahora los estudios de ingeniería básica y de modelo de negocios para afinar los números, pero el propósito es que toda esta inversión, tanto el Megapuerto, como la conexión ferroviaria no tenga subsidio estatal y que sean financiadas por el comercio exterior", dijo Mardones.

Correa en tanto, afirmó que la iniciativa toma más fuerza considerando que las Rutas 78 y 68 -que unen a Santiago con San Antonio y Valparaíso, respectivamente- están cercanas al punto de saturación, situación que se suma al crecimiento de la carga en el Puerto.

"Hoy llevamos entre el 6% y 9% de la carga que se mueve en San Antonio y tenemos que incrementar eso sustantivamente", dijo.

Ambos comentaron que en el futuro se podrían desarrollar otras plataformas en el Biobío, Puerto Montt o en el norte del país, pero que lo más inmediato, aunque sin fecha, es añadir al Puerto de Valparaíso, el que también tendría un lugar dentro de la ITF para cuando se concrete la idea.

El plan

La primera etapa de la plataforma, por US$ 105 millones, incluye el mejoramiento del corredor ferroviario a San Antonio y la adquisición de un terreno para la construcción de un Centro de Intercambio Intermodal, que estará financiada con recursos incorporados en el plan trienal de EFE (US$ 505 millones), que se inició el año pasado y que termina en 2019. Con ese desembolso, la estatal debería alcanzar a transportar entre el 15% y 18% de la carga que mueve el puerto, ya que se dará una mayor capacidad a la vía; se ampliará la longitud de las bahías de intercambio de trenes, desde 420 metros a 1.200 metros; y se mejorará la parrilla ferroviaria.

La segunda fase, en tanto, por unos US$ 600 millones, se financiaría a través de concesiones y su concreción implicaría el movimiento de alrededor del 40% de la carga hacia el 2030. Esta etapa incorporaría la construcción de una doble vía y la puesta en operación del Centro de Intercambio Modal en Santiago.

Así las cosas, Correa precisa que toda la inversión asociada al plan alcanzaría los US$ 3 mil millones, ya que a lo anterior deberán sumarse una tercera etapa que estará a cargo del concesionario y que incluye la Conexión al Puerto de Valparaíso por Melipilla y la adecuación de la Zona de Extensión de Apoyo Logístico (ZEAL).

Tanto Mardones como Correa descartaron conversaciones con potenciales concesionarios, ya que primero se quiere definir el plan de negocios para generar una licitación atractiva.

Tren bala

Mientras, uno de los proyectos que podrían salir al paso de la iniciativa que están impulsando las estatales es el del tren bala que pretende unir a Valparaíso y Santiago y que considera US$ 1.600 millones de inversión por parte del Consorcio TVS, integrado por la multinacional de transportes China Railways Group Limited (CREC), el grupo chileno Sigdo Koppers y Latinoamérica Infraestructura.

Frente a ello, Correa señala que " se tendrá en cuenta el hecho de que hay un proyecto que es dos empresas públicas y en el futuro de tres, con el Puerto de Valparaíso. Esta plataforma va a conversar con la de la octava Región (...) y obviamente, esto es más que el proyecto que ha propuesto el inversionista privado y eso se deberá tomar en cuenta cuando se tome las decisiones correspondientes".