Señor director

Hoy el Instituto Nacional conmemora 204 años. La última década ha sido una suerte de "crisis permanente", tanto por el detrimento cuantitativo de los resultados académicos, los daños en sus instalaciones de más de 50 años sometidas a uso intensivo y baja  mantención,  el deterioro de la convivencia escolar  derivada de desgastantes movilizaciones y conflictos inadecuadamente resueltos, y también por la pérdida de el "deber ser" del Instituto. Esta desorientación en parte se ha visto acrecentada porque las reformas educacionales no han interpretado la realidad de éste y otros liceos de alto rendimiento, que cumplen el rol de permear las élites y formar cuadros directivos con estudiantes de los sectores menos acomodados, laicamente educados.

Esta realidad debiera interpelar a la comunidad de exalumnos, especialmente aquellos en capacidad de investigar. Es urgente dotar de relato a los proyectos públicos de excelencia, justificando el sentido de tener liceos de especial singularidad, que cumplan funciones diferentes. La discusión del proyecto de desmunicipalización y las campañas políticas abren una ventana que se debe aprovechar.

Simón González Barrios

Exalumno Instituto Nacional (2012)