La frase "siete días" dejó a más de una persona sin dormir en 2002 y probablemente sin contestar el teléfono. Las palabras con las que el fantasma de Samara Morgan (Daveigh Chase) anunciaba a su víctima que vendría a buscarla en una semana fueron inmortalizadas en El Aro, la película de terror que se transformó en uno de los fenómenos del cine ese año.

Recaudando US$ 249 millones en taquilla, la cinta de Gore Verbinski fue aclamada por la crítica por su atípica fórmula de horror, en donde apenas se derramaba sangre, apostando en cambio por una imaginería perturbadora que resultaba imposible olvidar. Atípica para Hollywood, claro. El Aro fue la primera vez que el cine norteamericano hizo un remake de una película de terror japonesa -Ringu, de 1998-, país con tradición en cintas que apelan al miedo sicológico por sobre la violencia física.

Casi 15 años después, El Aro 3 (que se estrena el jueves) llega en medio de un escenario distinto. Luego del éxito de la primera parte, Hollywood inició un romance con los remakes de películas de terror japonesas, y de distintas partes de Asia, pero su relación si bien fue explosiva, no fue duradera.

[embed]https://www.youtube.com/watch?v=AiDcL8xWSqI&t=5s[/embed]

En 2004 La Maldición, con Sarah Michelle Gellar, fue la primera en capitalizar la moda, recaudando más de 18 veces su costo de producción de US$ 10 millones, a pesar de las críticas negativas. Pero su secuela dos años más tarde, si bien tuvo un éxito monetario moderado, no logró consolidar la franquicia, y una tercera parte terminó siendo estrenada directo al DVD. El Aro tuvo una secuela con elenco original en 2005, también con buenos resultados económicos, pero recaudando menos que su predecesora, y siendo duramente criticada. Otros intentos de remakes japoneses, como Agua turbia (2005) y Una llamada perdida (2008), así como el remake chino El ojo (2008) y de la película coreana La maldición de las hermanas (2009), decepcionaron en todo sentido.

La apuesta de El Aro 3 es revivir el éxito de la cinta original, a través de un giro moderno. La historia sigue una premisa similar: 13 años después de los eventos de la primera película, el video a través del cual Samara expande su maldición sigue existiendo, pero en vez de ser visto por VHS, se encuentra en forma digital. Cuando una joven revisa el aterrador clip y recibe la llamada de la antagonista, se da cuenta que hay detalles nuevos de la maldición que nadie antes había captado.

La cinta llega a las salas luego de un turbulento camino, en donde tuvo tres fechas de estreno distintas, y con la misión de revivir un tipo de horror que parecía olvidado por Hollywood.