La madrugada del domingo fueron detectados artefactos explosivos en las sedes de los partidos Radical y Socialista. Si bien se trata de explosivos de baja intensidad -conforme los antecedentes entregados por la Subsecretaría del Interior, sobre la base de la investigación policial-, este tipo de acciones -que además de constituir una amenaza a la seguridad pública, perturban de algún modo un proceso eleccionario- constituye un hecho preocupante, que debe ser esclarecido con prontitud.

Cabe destacar que este hecho es similar a los que ocurrieron a fines de octubre -previo a la primera vuelta- en las sedes de la Democracia Cristiana y del Partido por la Democracia. Asimismo, a principios de este año un artefacto explosivo detonó frente a la sede de la UDI. Aun cuando no hay certeza de que pueda haber conexión directa entre estos hechos, no podría descartarse que exista un patrón común, con el objetivo de dañar a instituciones que simbolizan un cierto orden.

Los atentados con artefactos explosivos en la Región Metropolitana habían mostrado una ostensible disminución en el último tiempo. Entre 2006 y 2012 se registraron del orden de 140 ataques -con objetivos bien planificados-, sin mayor éxito en dar con los responsables de estos condenables hechos. Es importante que el Ministerio del Interior pueda brindar la certeza a la población de que se trata de casos aislados, y que no estamos en presencia de una rearticulación de grupos antisistema que pongan en riesgo la seguridad de la ciudadanía.