"Hagan Mulán bien", era el hashtag que comenzó a circular hace algunos días en redes sociales. Usuarios de todo el mundo se sumaron a la petición que surgió cuando se filtró la supuesta trama del remake live-action -con actores de carne y hueso- de Mulán que Disney prepara para 2018: en vez de enfocarse en la legendaria heroína china que se hace pasar por hombre para tomar el lugar de su padre en el ejército, la película sería desde el punto de vista de un marinero europeo -blanco- que se enamora de la protagonista. Hasta Ming Na Wen, actriz que prestó su voz para la película original de Mulán en 1998, habló en contra de la supuesta trama.

El hecho -que posteriormente fue desmentido- sumó una polémica más a la compleja relación de Hollywood y la cultura asiática. Por más que son varias las películas con esa temática a estrenarse en los próximos meses, hay un problema que persiste: la representación de historias orientales con actores caucásicos. Cuando a comienzos de año los Oscar se vieron nuevamente cuestionados por no nominar a actores afroamericanos, la conversación se expandió hacia la a veces olvidada arista de la falta de rostros asiáticos en Hollywood, incluso para contar sus propias historias. Las polémicas no han parado desde entonces.

Cuando en abril Scarlett Johansson fue anunciada como la protagonista de la adaptación hollywoodense del anime Ghost in the shell, la producción recibió críticas por no elegir a una actriz de ascendencia japonesa para el papel. Poco ayudó que se filtrara que la cinta evaluó usar efectos especiales para transformar los rasgos de Johansson en asiáticos.

La Gran Muralla, una historia de fantasía ambientada en la China medieval, tampoco se ha salvado de transformarse en uno de los blancos de las críticas raciales. Si bien buena parte de su elenco está conformado por actores de ascendencia asiática, sus protagonistas son un norteamericano, Matt Damon, y un chileno, Pedro Pascal. "Puedes realizar una historia en cualquier lugar del mundo y cualquier época, pero Hollywood de todas maneras encontrará la forma de meter a un tipo blanco entre medio", escribió el influyente bloguero Phil Yu.

La última polémica en sumarse a la camada fue el biopic de Bruce Lee, Birth of the dragon. Según los asistentes al pre estreno de la cinta, la historia utiliza al actor y maestro de artes marciales como un personaje secundario en su propia historia, enfocándose en un personaje blanco ficticio del que se hace amigo.

Mientras Disney sigue en etapa de pre producción de su nueva versión de Mulán, Sony se sumó a la carrera, con su propia película del personaje, la que ha aclarado desde el inicio que incluirá un reparto asiático. Aun así, la decisión de nombrar al norteamericano Alex Graves como director fue recibida con recelo por los fanáticos.