El guía turístico Yoshi Watanabe (71) lo tiene claro. Tras el tsunami de 2011 y considerando la naturaleza sísmica de Japón, decidió utilizar su jubilación de profesor e ingeniero y sus ahorros de toda la vida para instalar un pequeño refugio en el patio de su casa en Tokio, con un costo de US$ 74 mil (más de 46 millones de pesos chilenos). Y aunque en un principio se encontró con burlas y la reticencia de su propia familia, la amenaza de un enemigo tan cercano como la naturaleza lo terminó por convencer. "Sentí miedo con el último lanzamiento del misil norcoreano (en septiembre)", dice a La Tercera.

Los más de mil kilómetros que separan a Corea del Norte con Japón hicieron de este pacífico país un candidato perfecto para las casi 120 pruebas con misiles que sus tres últimos líderes han realizado desde 1984 hasta hoy: Kim Il Sung (17 lanzamientos), Kim Jong Il (46 lanzamientos) y el más prolífico, Kim Jong Un (98 lanzamientos). La última tuvo lugar el miércoles, con el lanzamiento de un Hwasong-15.

Sin embargo, existen algunas diferencias. Aunque en un principio se creía que algunos misiles llevaban satélites, la situación cambió en agosto, cuando cayó en aguas de la región de Hokkaido, en la costa este japonesa, el que se especula fue el primer misil balístico con capacidad nuclear: un Hwasong-12 diseñado para el transporte de cargas de alcance intermedio.

La comunidad internacional considera que el programa nuclear y de armas norcoreano está avanzando a un ritmo "alarmante", capacidad en un principio subvalorada, pero que en el último tiempo ha visto pruebas de misiles balísticos de alcance intermedio o intercontinental cada cuatro a seis semanas. Esto los japoneses lo saben, y es por ello que Yoshi es sólo uno de los compradores de refugios nucleares, sector que ha duplicado sus ventas este año, y que ofrecen por el equivalente a 140 millones de pesos chilenos un búnker comunitario para 15 personas, con todas las comodidades y listo para sobrevivir varias semanas.

A sus 71 años, el guía Yoshi no cree ser alarmista con la situación. Dice que prefiere dejar un legado a sus hijos y nietos, y que probablemente puedan utilizar el refugio para algún nuevo terremoto. "Lo han dicho en los diarios y la televisión. Existe un ánimo de inquietud y curiosidad ante lo que está ocurriendo, y lo mejor es estar preparados", señala.

Aún así, la sensación general en Tokio es de una tranquilidad mesurada, considerando que la amenaza es real, y que de un momento a otro pueden revivir los fantasmas de las bombas nucleares que alguna vez azotaron Hiroshima y Nagasaki, hace 70 años.

"El pequeño hombre cohete"

En su mayoría, los japoneses se muestran reticentes a hablar del tema, aunque tienen asumida la realidad. A diferencia de lo que ocurriría con medios sensacionalistas occidentales, la TV y diarios nipones suelen hacer mención a Kim cuando Donald Trump está de por medio, como si estuviesen en una suerte de guerra fría en contra de su voluntad. Mientras tanto, el mandatario estadounidense le echa leña al fuego, tratando al líder norcoreano como Little Rocket Man (Pequeño hombre cohete) a través de su cuenta en Twitter, respondiendo el apodo dado por Kim Jong Un, quien lo trató de "loco".

Leonardo Kourchenko, periodista y analista político mexicano, también visitó Tokio y presenció de primera mano el ambiente creado tras las pruebas norcoreanas. Para él, "Kim tiene un anillo militar que lo rodea y controla sus acciones". "El eje que tenemos que estudiar es China-Corea del Norte. Es China el que le da los misiles, la tecnología y la capacitación a los norcoreanos. Pero no sabemos por qué juega a esto", explica.

"China necesita utilizar un escudo para dirigir y distraer los ataques y la atención de EE.UU. y quedar como amigo y socio. Es una estrategia interesante, pero el punto es si en algún momento Kim va a romper sus lazos y actuar de forma independiente, o va a seguir bajo el mandato oculto de Beijing. Él sólo recibe órdenes", afirma.

"Fue una sucesión de eventos coyunturales que detonaron en un escenario histórico, como la locura de Kim, la presencia de Trump y el respaldo de China, que en su papel de nueva potencia no va a querer un conflicto. El punto es quién va a llamar al orden al régimen norcoreano y decirle que termine con las pruebas nucleares y el clima beligerante", añade Kourchenko.

Sin embargo, para el ciudadano de a pie la tensión que se muestra en los medios no logra romper del todo la rutina de una ciudad que a pesar de la inquietud, mantiene su ritmo imperturbable, lo que se refleja en el tranquilo y pragmático carácter de los nipones. Es por ello que, a los simulacros contra terremotos y tsunamis por primera vez se agregó un ensayo de evacuación ante ataques con misiles. Ocurrió a inicios de septiembre, cuando 12 prefecturas del noroeste de Japón activaron su sistema de alerta, enviando mensajes de texto a teléfonos celulares, avisos en TV y apocalípticas alarmas en los altavoces repartidos por todas las ciudades, escenario que provocó pánico y confusión.

Pero la preparación de los japoneses dista de ser la ideal. Analistas hacen hincapié en que este tipo de escenarios hace urgente medidas militares que ayuden a proteger al país, considerando la gran cantidad de plantas nucleares en plena capacidad.

"Los japoneses son prácticos. El plan de contingencia en los hoteles involucra descender a la planta baja o subterráneo, alejarse de las ventanas y si estamos en la calle, lanzarnos al suelo y cubrirnos la cabeza", cuenta un empleado de un hotel en Yokohama.

Además, existen kits de emergencia básicos que desde 30 mil pesos chilenos ofrecen botiquines, artículos de limpieza, linternas, silbatos y comida, hasta ropa, mantas térmicas, cascos, y un baño, todo con la capacidad de minimizar los efectos radiactivos.

Y como si no fuese suficiente, el gobierno decidió utilizar un lenguaje más cercano a la población, y que se ha mantenido en la cultura local por años: un manga (historieta) diseñado para educar a las personas en caso de activación de una alarma. En él se muestran a seis personajes en situaciones comunes, como correr, tomar té en casa, yendo al trabajo en la mañana o labores agrícolas, cuyas rutinas se ven alteradas cuando se da a conocer la alerta. Así, el manga explica qué hacer en los distintos escenarios, y señala que lo mejor es alejarse de los autos por el peligro a explosiones, esconderse bajo los pupitres en el colegio, o buscar refugio en los edificios más cercanos. "Somos un país pacífico, y estamos preparados ante cualquier cosa. Preferiría no pensar mucho en ello, pero es inevitable", concluye Yoshi.