Pasadas las 10 horas de ayer, en el Tribunal Oral de Concepción se leyó el veredicto que declaró culpable a Ignacio Montecinos (18), por el ataque a un trabajador de Servipag, quien fue quemado vivo en medio de un intento de asalto, el 29 de julio de 2015, en Hualpén.

En la audiencia estuvo presente la víctima, Pablo Ramírez, quien, acompañado de su familia, escuchó el resultado de casi cuatro semanas de juicio, en el cual el Ministerio Público acreditó la participación del joven, que al momento del incidente era menor de edad, por robo con homicidio tentado.

Tras la sentencia, Ramírez expresó que, a su juicio, la justicia es muy garantista con los menores de edad. "Siempre supe que llegaríamos a buen puerto, pero me queda la amargura de pensar que este delito nunca debió haber ocurrido. El joven tiene más de ocho delitos anteriores y jamás debió haber estado en libertad cuando ocurrió el ataque y me rociaron con combustible. Pero quedo conforme con lo que dictaminó el tribunal".

Al momento del robo, el imputado se encontraba acompañado de su hermano mayor, Jorge Montecinos (28), quien murió en julio pasado, tras ser apuñalado en una riña en la Cárcel de Chillán. Sobre este punto, Ramírez expresó que "en un momento se dijo que él falleció esperando justicia, pero para mí no fue así: él falleció esperando una condena. Y me queda la sensación de que no se hizo justicia".

Reposo

Actualmente, el ex cajero se mantiene con reposo laboral y tratamiento siquiátrico. También continúa siendo empleado de Servipag. "El tratamiento que tengo va a durar algún tiempo, pero lo que me generó el accidente lo voy a llevar de por vida", expresó Ramírez.

Para su abogado, Enrique Hernández, si el acusado hubiera tenido 18 años a la fecha de los hechos, "tendría una sanción ejemplar, una larga pena, por tanto, esperamos que el tribunal condene al máximo de la sanción que estable de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil: 10 años de internación".

Según Gonzalo Benavente, representante del imputado, "aquí se condenó a un inocente (…). Ahora vamos a estudiar el escenario y analizar un recurso de nulidad".

En Santiago, el subsecretario de Prevención del Delito, Antonio Frey, se refirió a la condena: "La sentencia contra uno de los imputados en el ataque a Pablo Ramírez deja algo en claro: delitos tan graves como éstos no quedan impunes. Estamos hablando de una pena que podría llegar a un máximo de 10 años y un día, el castigo más alto que contempla la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente".

La autoridad agregó que "en Chile la justicia funciona, y quien comete delitos tan terribles tarde o temprano termina en la cárcel. Esperamos que, además, esto traiga un poco de tranquilidad al principal afectado".