Gracias a una serie de telescopios en tierra y en el espacio -como el observatorio Alma (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), el Telescopio Espacial Hubble, el Telescopio Gemini Sur, Observatorio Keck II o el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, entre otros-, astrónomos han logrado obtener la mejor imagen de una colisión de dos galaxias ocurrida cuando el Universo tenía la mitad de su edad actual, unos 7.000 millones de años.

Para lograr esta imagen llena de detalles, los expertos usaron además una "lupa cósmica", creada por estructuras como galaxias y cúmulos de galaxias que desvía la luz de los objetos que hay detrás de ellos debido a su fuerte gravedad, un efecto denominado de lente gravitacional o gravitatoria.

De esta manera, los astrónomos pueden estudiar objetos que no serían visibles de otro modo, señala el comunicado del observatorio Alma.

Pero para que estas lentes gravitacionales funcionen, la galaxia que hace de lente y la que se encuentra detrás, alejada, deben estar alineadas de un modo muy preciso, agregan.

"Estas alineaciones casuales son muy raras y tienden a ser difíciles de identificar", señala Hugo Messias, autor principal del estudio y perteneciente a la Universidad de Concepción (Chile) y al Centro de Astronomía y Astrofísica da Universidad de Lisboa (Portugal).

"Mientras los astrónomos a menudo se ven limitados por la potencia de sus telescopios, en algunos casos nuestra capacidad para ver el detalle es enormemente mejorada por lentes naturales, creadas por el universo", añade Messias.

El lente gravitacional en esta ocasión fue la galaxia H-ATLAS J142935.3-002836, una de las más brillantes del infrarrojo lejano encontrado hasta el momento. El equipo de astrónomos le realizó un seguimiento y gracias a los diversos telescopios -quienes proporcionaron diferentes puntos de vista-, se logró obtener la mejor imagen de este esta colisión de galaxias.

"Este hermoso estudio capta una fusión galaxia en plena acción, justo en el momento en el que desencadena un estallido extremo de formación estelar", concluye Rob Ivison, Director de Ciencia del Observatorio Europeo Austral (ESO) y coautor del nuevo estudio.