Dicen que no mueve la aguja de los votos. Que no es prioridad para las personas. Otros, más "conservadores", llaman enfáticamente a no convertirlos en banderas electorales. La campaña de las primarias presidenciales de Chile Vamos ha dejado un tema abierto en la coalición: el debate valórico.

Siendo testigos de las discusiones en radio, televisión, diarios y foros, se ha visto que en gran parte de los debates, los candidatos de la centroderecha Sebastián Piñera, Manuel José Ossandón y Felipe Kast han sido requeridos por definiciones en aborto, matrimonio igualitario, adopción homoparental e identidad de género. En los minutos que dedican a estas materias -bastante extensos-, los postulantes han enredado sus argumentos.

Sebastián Piñera, en mayo pasado, dio una señal de legislar sobre la adopción homoparental: "No vamos a discriminar ni por sexo, ni por edad, ni por orientación sexual", dijo sobre los cambios que impulsaría a la ley. Esto motivó que su jefe político, Andrés Chadwick -influyente militante de la UDI- tuviera que salir a aclarar las palabras del ex mandatario. "No hay una apertura", respondió a las dudas.

De ahí en adelante, el ex jefe de Estado ha sido claro en que no legislará ni en matrimonio igualitario ni en la adopción homoparental. Asimismo, ha defendido la vida desde la concepción hasta la muerte natural. "El Sebastián Piñera de esta nueva candidatura va a decir las cosas que piensa", han advertido dirigentes sobre las posturas que irá definiendo de aquí a la primera vuelta, en caso de ganar los comicios del próximo domingo.

Manuel José Ossandón, por su parte, ha carecido de argumentos respecto de por qué el matrimonio, por ejemplo, solo debe ser entre un hombre y una mujer. "No es un tema religioso. El matrimonio entre un hombre y una mujer es algo que viene desde que apareció el hombre en el mundo", ha dicho.

Mientras Felipe Kast, de Evópoli, se ha mostrado partidario del matrimonio igualitario con adopción, aunque contrario al aborto. "Estoy contra el aborto, porque soy liberal. Para un liberal, la libertad termina donde empieza la libertad del otro", ha sido una de sus frases más comentadas durante la campaña.

La pregunta, ahora, es si el tema valórico se impondrá con más fuerza o no después de las primarias. La postura de los partidos -la UDI, RN, Evópoli y el PRI-, dicen, será clave para enfrentar la discusión. Una de las lecturas más frecuentes en la coalición es el protagonismo que tendrá la UDI, al mando de la senadora Jacqueline van Rysselberghe, reconocida por sus posturas más cercanas al ala conservadora del partido.

La conversación con Piñera

Apenas asumió la jefatura de la UDI en enero pasado, la ex intendenta fue pragmática y alineó al partido detrás de la candidatura del ex presidente, quien fue proclamado unánimemente por el consejo general en marzo pasado. El ex mandatario, en esa instancia, dijo estar a favor de la vida y se comprometió a incorporar las peticiones de la UDI a un eventual nuevo gobierno.

El compromiso no fue solo público, comentan dirigentes. En ese mismo mes, hubo una conversación privada entre Van Rysselberghe y Piñera, en la oficina de este último. Fue breve, no hubo firmas de papeles -bromean algunos-, pero sí hubo claridad en que lo valórico sería intransable para la UDI.

"Si Sebastián Piñera de repente llega a presentar un proyecto con temas valóricos con los cuales yo no estoy de acuerdo, mi voto no va a estar. Eso es un tema personal, aunque en la UDI hay bastante coincidencia en estos temas", dijo Van Rysselberghe a La Tercera. Consultada sobre las respuestas del ex presidente en televisión, en materias como la adopción homoparental, la senadora no titubea: "Yo creo que ha sido poco claro. Cuando le preguntan si está de acuerdo con la adopción homosexual es sí o no, no es 'depende'".

La "tibieza" -como definen estas posturas en el ala más conservadora de la UDI- "no es recomendable para estos temas", dicen. Algunos recuerdan un pasaje del libro del Apocalipsis para enfrentar el debate: "Por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca".

En contraposición, el senador de la UDI Hernán Larraín advierte que la religión debe quedar fuera de este debate. "Uno no puede imponer a través de una ley sus creencias a otros. La única fundamentación tiene que ser de carácter racional y objetivo", dice.

"En el debate valórico, la ciudadanía aplaude las posturas claras, a favor o en contra, pero si uno se mete, debe tener también argumentos claros", afirma, por su parte, el presidente de RN, Cristián Monckeberg.

En la colectividad que dirige el parlamentario, pese a que hay más diversidad de posturas -al menos entre los diputados-, prefieren no ahondar demasiado en estos temas. "Si uno pretende imponer una postura traerá como consecuencia que se dinamite el partido", comenta Monckeberg.

AVP: el límite

Algunas medidas de la administración Piñera aún son recordadas por los partidos. En 2010, en su franja, el entonces candidato apareció junto a uno de los fundadores de Fundación Iguales, Luis Larraín. "Falta un país que nos respete", decía Piñera al lado del joven, quien se mostraba de la mano junto a otro hombre. Fue entonces, una vez elegido, que envió el proyecto de ley del Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) -anteriormente el senador RN Andrés Allamand había impulsado una moción llamada Acuerdo de Vida en Común (AVC)-, aprobado recién en 2015 como Acuerdo de Unión Civil (AUC).

"Ese es su límite", es el análisis de los partidos respecto de esta segunda etapa de Piñera. En esto, sin embargo, contemplan otro factor: en este periodo de campaña el mensaje apunta a conquistar a un electorado "más duro". Por eso, los dirigentes, en privado, no se cierran a eventuales aperturas de Piñera, en caso de ser electo por segunda vez.

En paralelo, el gobierno de Michelle Bachelet, en su última etapa, mantiene una activa agenda valórica. En el Congreso se encuentra en discusión la iniciativa de la identidad de género -aprobada en el Senado- y la despenalización del aborto en tres causales, que la última semana experimentó trabas de la DC ante un aspecto clave de la iniciativa: la objeción de conciencia.

Para el segundo semestre, en tanto, la Presidenta ya anunció -en su última cuenta pública- que enviará el proyecto de ley de matrimonio igualitario.

El factor Evópoli

Es nuevo para la coalición que exista un partido de centroderecha que avale lo liberal, incluso en lo valórico. El posprimarias, así, experimenta otra interrogante: cuánto insistirá Evópoli en integrar estas ideas en un programa de gobierno común de Chile Vamos. En el bloque no descartan que esto pueda generar "divisiones" al interior del bloque. "Se debe avanzar con mucha prudencia, para que este tema no explote en complicaciones internas", advierte el senador Larraín.

"Estos temas si bien son relevantes, no son determinantes para marcar una opción presidencial", agrega el senador RN Francisco Chahuán.

Internamente, Evópoli - de acuerdo a versiones de sus líderes- enfrenta divisiones en cuanto a la postura del aborto.

Por ahora, el análisis que más converge en la coalición es que se debe ser claro en lo valórico, aunque estos temas no son de las primeras prioridades para la ciudadanía. Sin embargo, la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) consigna que el 49% de los consultados cree que el aborto debe estar permitido en casos especiales. O que el 40% está en desacuerdo con el matrimonio igualitario, aunque un 39%, en tanto, está de acuerdo. "Son temas que siempre van a aparecer, pero no son los más relevantes, son más de redes sociales y de debates más ilustrados. La gente quiere respuesta a sus problemas cotidianos", concluye el senador Larraín.