En 2017, el territorio chileno fue afectado por un total de 8094 sismos, de acuerdo a un informe del Centro Sismológico Nacional de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (CSN), situando el período entre enero y diciembre del año recién pasado.

Según el organismo, la cifra incluye 352 sismos percibidos y reportados por el centro de Alerta Temprana de la Onemi, además de 7.742 movimientos telúricos que no corresponden a esta categoría, declarados como no percibidos.

El CSN diferencia sismos percibidos y no percibidos determinando factores como la magnitud del evento, profundidad en la que se localiza y qué tan cerca se ubican de los observadores desplegados por la Onemi. Los datos se obtienen directamente de la Red Sismológica Nacional (RSN), conformada por una serie de estaciones distribuidas a lo largo del país. Cada una se compone de sensores de  desplazamiento (GNSS), velocidad (sismómetros banda ancha) y aceleración (acelerómetros).

Gracias a esta información, generalmente se considera que el punto de detección mínimo es de magnitud 3, siendo un poco menor –debido al mayor número de estaciones- en las Regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Metropolitana.

Asimismo, el organismo afirma que el número de sismos ocurridos 2017 creció en comparación con años anteriores: un 26% respecto a 2016 con 6.437 eventos, y un 25% respecto a 2015, con un total de 6.499 sismos. Desde el CSN explican que este aumento se debe a dos factores: un aumento de la cobertura instrumental, que implica un mayor número de estaciones instaladas, permitiendo detectar y localizar sismos de menor magnitud; grandes terremotos de los últimos años, como Illapel en 2015 y el de Chiloé en 2016, además de la secuencia frente a las costas de Valparaíso en abril de 2017.

Aún así, los expertos del centro aclaran también que no es posible generar un ranking por regiones, para saber cuál tuvo más sismos y cuál menos, al menos en cuanto al número de sismos de magnitud menor.

"Chile es uno de los países más sísmicos del planeta y esta cifra anual es principalmente el resultado del robustecimiento de nuestra red de monitoreo, lo que nos permite detectar y observar un espectro de actividad sísmica mucho más amplio, y con mayor detalle, en comparación con los años anteriores" explica el director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, agregando que en Chile, por cada sismo de magnitud 7 hay aproximadamente 10 eventos de magnitud 6, 100 de magnitud 5 y así sucesivamente.

Cabe destacar también que la red de posicionamiento satelital (GNSS) ha permitido detectar no sólo los desplazamientos generados casi de manera instantánea durante los terremotos, sino también movimientos lentos asociados a su generación.

"Lo que sí está claro es que vivimos en uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo, y por lo tanto, nuestro deber como ciudadanos es estar preparados individual y colectivamente -de manera permanente- para enfrentar las posibles consecuencias de estos fenómenos naturales, es decir, vivir siempre en una cultura preventiva" advierte Barrientos.

"Sucede que en algunas regiones disponemos de un menor número de estaciones dada la gran inversión tecnológica y los consiguientes recursos financieros que esto implica. Por lo tanto, resulta obvio que en esas regiones se registrarán menos sismos, no porque haya menos actividad efectivamente, sino porque no tenemos capacidad tecnológica instalada para detectar aquellos sismos de menor magnitud y comparar con otras regiones que están mejor instrumentadas. Como ejemplo, basta recordar que Japón tiene más de 4 mil estaciones, mientras que en Chile contamos sólo con un centenar" afirma.