La ola de ataques cibernéticos golpeó hoy a Rusia y Ucrania e incluso alcanzó la central nuclear de Chernobyl, atacando a su sistema de ventilación, aunque ello no implica un motivo de preocupación.

"No hay nada por lo cual preocuparse",aseguró Alessandro Dodaro, experto en seguridad nuclear de Enea, el organismo público de investigación italiano en materia de energía y desarrollo sostenible.

Según Dodaro, en la central, en noviembre de 2016, había sido instalado un sarcófago de acero.

El ataque hacker golpeó los sistemas que controlan el aire del ambiente dentro del sarcófago y que permiten evitar cualquier fuga de material radiactivo.

"Son controles que hasta hace seis meses no estaban" y, por lo tanto, el hecho de que hayan sido dañados por el ataque hacker no hace suponer "ningún peligro inminente".

Se trataría de una simple prueba demostrativa por parte de los agresores cibernéticos.

Los ataques, reveló el experto, "no son ciertamente los sistemas de control de una central nuclear".

En efecto, no fueron tocados los sistemas técnicos internos que permiten garantizar que no se produzcan incidentes, como aquellos que controlan las cámaras, la parada de incendios y el sistema de ventilación que evita el calentamiento.

"No es para excluir -aseveró- que el sistema de control ambiental que fue golpeado por el ataque tuviera sistemas de seguridad más bajos".

De acuerdo con la agencia estatal para la gestión de la zona de exclusión de Chernobyl, "todos los principales sistemas tecnológicos están funcionando normalmente".

Sin embargo, aclaró que hubo una "desconexión temporal de la vigilancia de la radiación del sistema de Windows en la zona industrial" por lo que esa función "se lleva a cabo de forma manual".

"El sistema automático de zona de control de la radiación de contaminación está funcionando normalmente", subrayó la empresa pública de Ucrania.