El Consejo de la Cultura invita a todos los chilenos a abrir sus sentidos y descubrir a sus portadores de tradición, sus tesoros humanos vivos.

La iniciativa tiene por objetivo reconocer a personas y/o comunidades portadoras de nuestro patrimonio, en tanto legado del pasado en nuestro presente y herencia cultural a las futuras generaciones.

Este programa convoca a instituciones públicas y privadas, comunidades y personas a lo largo de todo el país a presentar sus candidatos al Programa de Reconocimiento de Tesoros Humanos Vivos.

Los postulantes deben ser personas y/o comunidades locales específicas, que sean portadoras de manifestaciones de nuestro patrimonio cultural, en ámbitos como: la artesanía, la música tradicional y popular, la literatura oral, la gastronomía tradicional, las festividades religiosas, las tecnologías tradicionales, los bailes típicos, la medicina tradicional y los juegos, entre otro tipo de expresiones.

Los interesados pueden descargar las bases y formularios de postulación en los sitio web www.portalpatrimonio.cl o www.consejodelacultura.cl. El plazo para entregar los antecedentes es hasta el 30 de septiembre del 2010 a las 13:00 hrs. en las oficinas de Partes de las direcciones regionales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, a lo largo de todo el país.

Un comité de expertos evaluará las postulaciones y realizará la selección de dos cultores individuales y dos colectivos o comunidades, de acuerdo a criterios como el reconocimiento comunitario; el valor simbólico  y patrimonial de la manifestación que representan, así como su aporte a la comunidad; y su situación en términos de vitalidad o riesgo de desaparición. Los distinguidos recibirán una suma de dinero, además de financiamiento para la ejecución de iniciativas de transmisión y fomento de las manifestaciones en riesgo de desaparecer.

El  Programa de Reconocimientos de Tesoros Humanos Vivos se enmarca dentro de las recomendaciones de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial, UNESCO 2003, y aspira a poner en valor en la comunidad nacional, la pluralidad y diversidad, canalizando el reconocimiento público del Estado chileno a personas y comunidades locales específicas, identificadas como portadoras del conocimiento tradicional.