Señor director:

Las principales dimensiones de la discusión a propósito del aumento de un 5% de las cotizaciones previsionales han sido su administración -¿es más eficiente un organismo público o las AFP?- y distribución -¿es razonable un 3% privado y un 2% solidario?-. Sin perjuicio de la relevancia de ambas dimensiones, es necesario resucitar una tercera: el impacto en el mercado laboral.

El 5% extra de cotizaciones es un impuesto al trabajo con cargo al empleador. Como en cualquier mercado, un impuesto a la demanda desplaza la curva de demanda hacia abajo. Si se aplica esta medida al sistema chileno, se debiera esperar una disminución de la cantidad demandada de trabajo, lo que equivale a mayor desempleo que, a su vez, conlleva una mayor informalidad en el mercado del trabajo -empleador y empleado podrían prescindir de un contrato con tal de ahorrarse el impuesto - y una potencial disminución de los salarios reales.

Es difícil estimar qué tan fuerte sería la caída en la demanda de empleos, como consecuencia de la aplicación de esta medida. Clapes UC habla de una pérdida de 120 mil puestos de trabajo. Esta baja sería especialmente pronunciada en los submercados del trabajo que contemplan empleos de menor calificación, y en los cuales es más fácil sustituir trabajo por capital. En otras palabras, el 5% extra de cotizaciones previsionales a cargo del empleador podría tener un efecto regresivo, afectando en mayor medida a los trabajadores de menores ingresos en al menos tres áreas:  desempleo, precarización del mismo y menores sueldos.

Javier Irarrázaval L.

Académico Ingeniería Comercial

Universidad San Sebastián