EL PASADO sábado el senador y precandidato presidencial del oficialismo, Alejandro Guiller, realizó una fuerte crítica contra el modelo económico del país y América Latina, tras ser proclamado como el candidato a La Moneda del Partido Socialista. Guillier -quien fue el principal orador del aniversario del PS- criticó a las "fuerzas voraces de las transnacionales", porque según afirmó", "dilapidan nuestros recursos y explotan a la gente".

Los dichos del senador han resultado desconcertantes, pues alimentan un clima de tensión y confrontación en momentos que sea hace urgente que los políticos y autoridades cuiden el ambiente político, fomentando el debate de ideas y una discusión con altura de miras.

En tiempos de bajo crecimiento económico -el Banco Central anticipó que la economía volverá a tener en 2017 un bajo desempeño- y donde la confianza volvió a caer en marzo, golpeada, según los expertos, por una serie de factores como la huelga en Escondida y la entrada en vigencia de la reforma laboral, este tipo de visiones ancladas en el pasado no contribuyen en lo absoluto a reestablecer la confianza del empresariado.

Cabe destacar que de las 500 mayores empresas del país -según el ranking de América Economía de 2014- tres corresponden a "transnacionales". Por ello es que llaman aún más la atención las afirmaciones del senador, debido a que las críticas parecen apuntar a empresas chilenas que invierten en el extranjero y que han demostrado un claro ejemplo de desarrollo y progreso en el país.

Atendida la delicada fase por la que atraviesa Chile -marcada por las desconfianzas-, a los candidatos se les debiese exigir mayor responsabilidad al emitir declaraciones, en consonancia con las altas responsabilidades de Estado que aspiran a desempeñar.