Investigadores especializados en el tráfico de animales tendrán a disposición una nueva prueba que mide el carbono 14 del marfil y permite determinar su antigüedad, una herramienta ideal para detectar piezas vendidas de manera ilegal.

"Hemos desarrollado una herramienta que permite determinar con precisión la edad de un colmillo o un objeto de marfil, y eso nos dice si fue adquirido legalmente", dijo Kevin Uno, autor de estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Decenas de miles de elefantes son cazados cada año por sus colmillos de marfil, según los expertos, que advirtieron que sólo quedan unos 470.000 elefantes africanos, considerados una especie vulnerable, y unos 30.000 asiáticos, estos últimos en peligro de extinción.

Y a pesar de los acuerdos internacionales que prohíben el comercio de marfil de elefantes asiáticos desde 1975, y de elefantes africanos desde 1989, la matanza continúa, sobre todo debido a la imposibilidad hasta ahora de determinar la edad del marfil.

LA PRUEBA
Los colmillos de los elefantes crecen anillo por anillo, grabándose en ellos las plantas ingeridas por los animales durante su vida. Gracias a esto, es posible detectar la cantidad de carbono radiactivo, algo que aumentó notoriamente tras las pruebas nucleares en los años 1950 y 1960.

Los investigadores probaron su nueva herramienta en muestras de 29 animales, incluyendo colmillos de elefantes, dientes de hipopótamo, pelos de mono y hasta hierba de Kenia, todas recogidas en fechas precisas entre 1905 y 2008.

Las diferentes muestras creadas en el mismo periodo tienen la misma cantidad de carbono 14: así, las cuatro más viejas, que provienen de animales muertos entre 1905 y 1953, contienen menos carbono 14, ya que datan de antes de las primeras pruebas nucleares.

"Al datar precisamente la antigüedad del marfil se puede comprobar si se ha adquirido legalmente o no", dijo Uno. "En la actualidad, se matan 30.000 elefantes cada año por sus colmillos, por lo que hay una necesidad urgente de reforzar la prohibición del comercio internacional y reducir la demanda".

Los elefantes africanos están en "fuerte descenso" debido a la caza furtiva para el comercio internacional de marfil y la pérdida de hábitats. Los elefantes asiáticos están en peligro de extinción, con una población que va desde 25.600 a 32.750, según el Fondo Mundial para la Naturaleza.

Alrededor del 70% de marfil de contrabando se vende en China; Estados Unidos es el segundo mayor mercado.