Señor director:

Lejos de infundio, o diversión de aspectos de fondo, el debate sostenido en estas páginas con el profesor Lüders, ha sido razonable, sin descalificaciones, suposición de intenciones o repetición de afirmaciones sin base en que lamentablemente incurre el editorial de ayer.

Aborda la esencia del sistema de AFP. Lo he calificado de estafa Ponzi perfecta impuesta a los trabajadores por el empresariado y particularmente el sistema financiero, porque con la promesa de beneficios que se pagan con una pequeña parte de los nuevos aportes, acumula sin cesar parte de los salarios de los primeros en un fondo que los últimos, especialmente quienes lo reparten, manejan a su arbitrio y utilizan en su beneficio.

¿Se va a devolver alguna vez el excedente corriente de cotizaciones ($6 billones en 2016) y subsidios ($ 1b) neto de pensiones pagadas (3b), que acumula dos tercios del fondo de pensiones? No, mientras la suma de los primeros superen a las últimas, obviedad que ha sido reconocida por el profesor Lüders con honradez intelectual.

¿Alguna vez se van a igualar -en cuyo caso lo acumulado tampoco sería devuelto- o superarán los egresos a las recaudaciones? Tampoco, puesto que el sistema no podría financiar un número crecientemente numeroso y longevo de pensionados futuros. El fondo acumulado no se devolverá. Pueden alegarse ventajas de ello, que se exageran hasta lo indecible incluso por el Banco Central, pero no puede negarse. Ello constituye una exacción inmoral de salarios que debe debe terminar.

Manuel Riesco

Cenda