Las estrellas involucradas, un coro pegadizo y un videoclip protagonizado por una ex Miss Universo daban para pensar en un éxito infalible. La única aprensión de parte del equipo era salir a la luz un viernes 13, día fatídico para los más supersticiosos. Poco importó: en sólo unas horas, Despacito, el tema bailable que unió al puertorriqueño Luis Fonsi con su compatriota Daddy Yankee, se alzó como el hit veraniego de 2017 y a pocos días de su lanzamiento en enero se trepó al primer lugar de los ránkings radiales y digitales de todos los países hispanoparlantes, un sitial que sigue ostentando hasta hoy.

A tres meses de su aparición, el primer sencillo del próximo disco de Fonsi dejó en claro que su impacto ya trascendió la temporada estival y a estas alturas no es exagerado situarlo como un hito para el pop latino, luego de lograr la mejor ubicación para un tema en español en el ránking histórico de Spotify, junto a un clip que se acerca a las mil millones de visitas en YouTube.

Un fenómeno que ha alcanzado a países como Suiza, Taiwán y Alemania, y que esta semana sumó un nuevo capítulo con la reversión que estrenó Justin Bieber, en una nueva muestra del alcance global de la pieza.

Para Fonsi, se trata de la consolidación de una fórmula que viene probando hace años, intercalando sus populares baladas solistas con colaboraciones junto a colegas como Christina Aguilera y Wisin & Yandel. "Uno puede ir creciendo a partir de lo que quiere la gente, con las tendencias, así es cómo debe entenderse el pop hoy en día", reconocía el solista a La Tercera una semana después del lanzamiento de Despacito, que sólo durante el último mes tuvo 7.020 ejecuciones en radios chilenas y conservó su sólido reinado.

Letra y música

Si bien al pensar en la génesis de estos éxitos la imagen que comúnmente se viene a la cabeza semeja a un laboratorio científico, con productores buscando la progresión armónica perfecta para el próximo hit veraniego, lo cierto es que Despacito tuvo un origen bastante más sencillo.

Fue a punta de guitarra en la casa de Fonsi en Miami, luego que éste terminara de grabar la segunda temporada de The voice Chile. "El tenía el título, de la línea melódica y esta idea de ambientarla en Puerto Rico. A partir de ahí construimos el coro, los versos y una letra que tuviera que ver con el título", recuerda desde Estados Unidos Erika Ender, compositora panameña y coautora del single, que en sus 25 años de carrera ha escrito piezas para Chayanne, Daddy Yankee y Gloria Trevi, entre otros artistas.

Entre sus créditos aparece también una colaboración con Douglas para su disco de oro Enamorados (2001), que marcó un giro pop para el cantante santiaguino, además de un paso por la competencia internacional del Festival de Viña 2004. "Viña siempre ha sido muy popular en Panamá. Yo desde niña veía a Antonio Vodanovic anunciando los nombres de los competidores y decía: este señor va a decir mi nombre un día", cuenta la autora, quien pese a que no ganó aquel año -el primer lugar fue para el ariqueño Alexis Venegas- dejó rotando su tema Cheque al portador por algunos meses en las radios locales.

Y aunque en las raíces panameñas y brasileñas de Ender parece estar parte de la clave del éxito de Despacito, para ella la respuesta no está tanto en lo rítmico como sí en la letra, cuya carnalidad apta para todo público se desmarca "del lenguaje poco fino que se lleva hoy en día en el género urbano", dice.