La remoción de Luis Acevedo del Registro Civil fue la gota que rebasó el vaso, pero podría haber sido cualquier otra cosa. La relación entre la Democracia Cristiana y el gobierno ya estaba fracturada y este lunes comprendieron que, al menos por ahora, está en un punto de no retorno.

En una larga reunión en el Círculo Español, la directiva del partido decidió congelar la coordinación política con La Moneda hasta nuevo aviso.

La presidenta DC, Carolina Goic, se comunicó con el ministro del Interior, Mario Fernández (militante de la colectividad), para notificarle que los alcaldes electos del partido no responderían a la invitación efectuada por la Presidenta Michelle Bachelet y no irían a Palacio. También le informó que la mesa había optado por cancelar una reunión que tenían pactada para este lunes con él. Y agregó que, en realidad, no asistirían a ninguna otra instancia de conversación con el Ejecutivo hasta que el propio gobierno hiciera un cambio interno.

Los integrantes de la mesa que conocieron el contenido de la conversación afirman que nunca habían visto a la senadora tan enojada como en ese contacto telefónico, en el que le explicó al jefe de gabinete la molestia que había generado en la DC la forma y envergadura del cambio de gabinete de la semana pasada. Esto, junto con el hecho de que el ministro de Justicia, Jaime Campos -que a juicio del partido no tiene autoridad moral en el caso del Servel, por estar cuestionado- haya sido el responsable de la salida del director del Registro Civil, militante DC.

En este sentido, Goic le comunicó a Fernández que este jueves se reunirá el consejo nacional del partido para analizar los pasos a seguir. "Vamos a citar al consejo para analizar la situación como DC y, mientras tanto, no vamos a participar en las actividades de coordinación con el gobierno. Consideramos que aquí tiene que haber un trato distinto a la DC, que es el principal partido de la Nueva Mayoría, sobre todo en el contexto en que estamos", confirmó Goic a La Tercera un poco más tarde.

Para explicar esta determinación, la senadora dijo que "ha habido una seguidilla de situaciones frente a las cuales el gobierno tiene que generar una relación distinta, de mayor coordinación en general para las decisiones de gestión y las decisiones políticas. Hay que asumir las situaciones que hemos vivido, porque lo que no puede pasar es decir 'aquí no ha pasado nada'". Y agregó que la situación de Acevedo -que no le fue informada al partido- "es una situación más, de varias, donde ha faltado una coordinación previa".

La cuenta que la DC le pasa al gobierno es larga. Entre los principales puntos acusan una mala gestión de los proyectos, poca autocrítica de La Moneda sobre el desastre municipal del oficialismo y falta de diálogo. A eso suma el acotado cambio de gabinete -en el que no se modificó el equipo político de Palacio- y la remoción de jefes de servicio que militan en la DC o que son cercanos a la colectividad. Pero no es lo único.

Factor Fernández

El ministro del Interior comenzó su relación con la DC con el pie izquierdo, al decirle a la bancada de diputados, en una reunión privada, que el partido era el "arroz graneado" de la Nueva Mayoría y que tenía que actuar con humildad. Y esa relación continuó mal al autodefinirse, a juicio de la DC, como el "obsecuente" jefe de gabinete de la Presidenta, que no entendía su rol como un vocero del partido, sino que como un ejecutor de las instrucciones de la Mandataria.

El cuadro se agravó recientemente, cuando el ministro sepultó la opción presidencial de la DC al vaticinar una elección entre Sebastián Piñera y Ricardo Lagos. Luego, el tiro de gracia lo dio el propio Fernández cuando, en entrevista con La Tercera, reclamó que no se sentía suficientemente apoyado por la colectividad.

En este cuadro, la lectura de la DC es que sencillamente no puede tener interlocución con La Moneda, menos cuando no se sienten representados en un comité político que -afirman- debería renunciar.

Sin embargo, la Mandataria dio una señal de reafirmar a su equipo. Cerca de las 8 de la mañana, recibió en su despacho a los ministros Fernández, Rodrigo Valdés (Hacienda), Marcelo Díaz (Segegob), Nicolás Eyzaguirre (Segpres) y al subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy. Inmediatamente surgió la versión de que todos habían puesto su cargo a disposición, decisión que habrían adoptado la misma noche del domingo, tras analizar hasta la madrugada la dramática derrota política de la municipal.

La versión que circuló en Palacio indicaba también que la propia Bachelet se negaba a dejar caer a sus ministros, pues eso implicaría reconocer una responsabilidad en lo sucedido. Con el paso de las horas, la Presidenta siguió con una agenda neutral; fue a visitar un colegio de niñas y luego recibió al Presidente de la República cooperativa de Guayana, David Granger.

Al llegar a Palacio, consultada sobre esas versiones, la mandataria dijo que "eso no es cierto".

Luego de eso, al ser consultada por las responsabilidades en la derrota, blindó a sus ministros. "Suponer que los resultados son responsabilidad de tres o cuatro personas, me parece que es un análisis, en verdad, superficial", dijo.

Durante la tarde, y tras recibir a los presidentes de la Cámara y el Senado, Osvado Andrade y Ricardo Lagos Weber, respectivamente, los ministros del comité político sostuvieron una extensa reunión con la mandataria (la segunda del día), que terminó pasadas las 20 horas. En el encuentro participó el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy. Aunque no se conocieron mayores detalles del contenido de la cita, la presidenta Bachelet tuvo que excusarse de participar de una actividad de la Asociación de Sordos de Chile, algo inusual, pues suspende sus actividades sólo en casos excepcionales.

Movimientos internos

La DC bajó en dos puntos su votación de concejales respecto a 2012, y redujo su votación en alcaldes desde un 16,51% a un 11,80%, logrando elegir 43 autoridades, versus las 56 de 2012. Todo esto, sufriendo derrotas clave en Maipú y Macul. Esos malos resultados, en todo caso, no repercutieron sólo en el flanco externo. Desde la mañana, varios dirigentes del sector más duro de la colectividad -principalmente los "príncipes" y representantes del grupo "progresismo con progreso"- establecieron contactos para analizar lo ocurrido.

En varias conversaciones se llegó al mismo diagnóstico: las cifras mostraban que el partido está en una situación grave, "la conducción partidaria no estuvo a la altura", y probablemente tendrían que levantar una opción propia para competir por el timón DC. La única posibilidad a la vista: Mariana Aylwin.

Por la tarde, la ex ministra se reunió con el resto de "progresismo con progreso" para analizar unos resultados electorales que les parecían catastróficos, pero predecibles. La facción, que agrupa al sector más conservador de la DC y a ex autoridades simpatizantes de la colectividad, advirtió hace tiempo que el rumbo que había tomado la Nueva Mayoría se alejaba de lo que espera el electorado de centro, y que continuar en ese camino -y en esta coalición-sería malo no solo para el partido, sino que para el país.

De materializarse esto, Goic ya no competiría sola por la reelección, y la idea de una mesa de consenso con otros sectores, como la "disidencia" y el mundo "chascón", ya no le aseguraría la victoria. Varios dirigentes afirmaron que, a raíz de esto, la timonel DC tendría que endurecer el tono y tomar distancia del mundo de la izquierda de la Nueva Mayoría, y también del Ejecutivo, como ocurrió este lunes.