Lleva dos años en la dirección del Festival de Viña y desde la semana pasada se radicó en la ciudad jardín al cien por ciento, afinando los detalles de la tercera edición a su cargo. Pudieron ser las cuatro bajo la tutela de Chilevisión, pero una enfermedad hizo que el 2011 fuera Juan Pablo González quien asumiera el cargo.

Álex Hernández, entre su apretada agenda y los constantes ensayos, habló con La Tercera sobre los cambios para esta versión. El más evidente: la salida de Eva Gómez y la incorporación de Carolina de Moras en la animación, junto a Rafael Araneda.

Los cuestionamientos surgieron al considerar la historia televisiva de De Moras: en 2010 y 2011 se desempeñó como coanimadora del matinal Buenos Días a Todos (TVN), para renunciar en diciembre de 2011, tres meses después de la muerte de su compañero, Felipe Camiroaga. 

En 2013 se incorporó a Chilevisión, participando del programa Fiebre de Viña junto a Cristián Sánchez y el cantante Américo y más tarde, haciendo apariciones en el programa Salta si puedes.

La confirmación de la nueva animadora no obstante, se dio recién en octubre, tres meses después de la renuncia de Eva Gómez. "Me sorprendió", reconoció Hernández. 

¿Qué tan complejo fue para usted y su equipo comenzar a trabajar con una nueva animadora con pocos meses de preparación a su haber?

Ninguna complejidad. La decisión fue muy rápida y trabajar con Carolina ha sido un gusto para todos quienes integramos el equipo . Se trata de una profesional responsable que imprimirá juventud, sorpresa , belleza , simpatía y espontaneidad al festival .

¿Cómo toma las críticas sobre la poca experiencia de Carolina en la animación? 

A la crítica siempre le tomo importancia y en este caso la veo como una oportunidad. Que Carola sea joven, que ella sea nueva en la televisión… nos abre la tremenda posibilidad  de sorprender. Ella tiene todo un lienzo en blanco para pintar .

OBSESIVO

Por estos días, Hernández realiza constantes ensayos generales e incluso, graba las presentaciones de los humoristas. Más de una vez, en ocasiones. Quienes lo rodean saben que su rigurosidad muchas veces cae en la obsesión.

"Somos un grupo muy autocrítico. Y yo en especial, mucho. (...) El equipo en su totalidad es de niveles de obsesión importantes, de esos que protegen los proyectos mirando cada detalle", reconoce.

Con ello, el director analiza las ediciones pasadas y saca en limpio algunas lecciones. "Viña tiene un dominio del público que se hace notar desde el primer minuto. Esto hace que, al existir la tradición de los premios, el público si así lo quiere, hace uso de ellos. En eso pueden haber sensaciones de amor y en contra, pero lo que vale finalmente es el ánimo del publico y esa es la verdad".

Finalmente, analiza: "Es un evento que tiene 55 años de historia en la masividad, pero al mismo tiempo 55 años en los afectos de nosotros los chilenos. Este mix finalmente hace de Viña un evento cuyo potencial de emociones es tan alto y rico en variedad que se convierte en un encuentro que hay que trabajarlo con especial y riguroso cariño", concluye Hernández.