Meses antes de la muerte de Lissette Villa (11) en el Centro de Reparación Especializada de Administración Directa Galvarino el 11 de abril, se registraron varias situaciones de presunta agresión de un educador contra niños residentes de este hogar dependiente del Servicio Nacional de Menores.

Sin embargo, según oficios del Sename incluidos en el expediente, ningún de los casos fueron denunciados por la entonces directora del Cread Galvarino, Mónica Monje, quien está formalizada.

Uno de los episodios de un menor que dijo, de acuerdo al documento del 7 de abril de 2016, que "yo no hice nada y el tío Luis Cerda me pegó una patada y le pega a todos los niños. Estaba la tía Loreto, ella vio todo. Me siento mal porque me dolió".

Luego, en el mismo texto se señala que el fundamento de la decisión de no denunciar se debe a que "al triangular los antecedentes con que se cuentan, lo sucedido no se configuraría como un hecho constitutivo de delito. No obstante, con el objeto de despejar responsabilidades administrativas del educador aludido por el menor, al estimarse una práctica inadecuada, se solicitará el sumario administrativo de rigor". Esto fue firmado y timbrado por Monje.

Un segundo oficio del 20 de abril del año pasado señala que dos niños del Cread Galvarino hicieron referencias a malos tratos y amenazas por parte del mismo educador denunciado anteriormente. Dijeron que "el tío Luis" les había pegado en diferentes ocasiones. Uno de ellos detalló que "me pegó en cabeza para que me pegara en la muralla".

De acuerdo al texto, en estos casos Monje resolvió no denunciar los hechos al Ministerio Público debido a que "si bien la situación develada es grave, ésta no constituye delito por lo que no debe ser denunciada ante la fiscalía". Agregó que "se deben activar los protocolos internos del servicio que permitan determinar la existencia, o no, de responsabilidades administrativas".