El fallecimiento de Jorge Seguel, padre de Daniela, dejó entrever un vacío enorme: la seguridad y la salud del público y los protagonistas en los eventos deportivos chilenos (salvo en el fútbol) son mínimos. La cruda situación por la que pasó la Pantera pudo ocurrirle a cualquiera. Sin embargo, si él hubiese recibido axilio de inmediato, probablemente la historia sería otra. Pero no.

La ley 20.844, de derechos y deberes de asistentes y organizadores de espectáculos de fútbol profesional es la única normativa que establece los estándares básicos para entregar socorro a las personas en caso de emergencia. Pero en el resto de los deportes, cualquier medida de resguardo queda a decisión del organizador. Y ése es el gran hueco que existe en la legislación chilena.

Así lo reconocen todos. Pablo Squella, ministro del Deporte, recuerda que en una ocasión, mientras el participaba de un campeonato, ocurrió una historia que pudo ser trágica. "Carolina Castillo estaba compitiendo y se desvaneció al llegar a la meta. En ese momento no teníamos ambulancia, y una que estaba cerca, pero prestando ayuda para otro evento, vino a darle los primeros auxilios. Pudo haber sido grave", rememora el ex atleta.

Squella no tiene tapujos en admitir la crítica situación que vive el deporte en el país. "Nuestro deporte es muy amateur. Con la falta de recursos y la falta de una políticas en la organización de eventos nos encontramos con esto", plantea.

En la Copa Las Condes, donde ocurrió la tragedia, aparentemente todo estuvo en regla. Al tratarse de un evento distinto al fútbol, las únicas normas por las que se rigieron fueron las de la Federación Internacional de Tenis, las que exigen personal médico, pero no una ambulancia.

No es común enfrentarse a esta clase de episodios, pero cuando ocurren, pocos saben cómo actuar. Y esto, para el experto en emergencias Michel De L'Herbe, es una de las grandes razones por las cuales aún no se toma consciencia de la importancia de una normativa. "Estamos al debe. La regulación ha sido muy lenta, estamos con un atraso de décadas en comparación a los países desarrollados".

De L'Herbe cree que es prioridad comenzar a crear una cultura de primeros auxilios y afirma que "los centros que acogen público deben asumir su responsabilidad, más allá de lo que tiene que ver con aspecto legislativo. El primer estándar que se debe cumplir es garantizar la seguridad de las personas. Eso es lo mínimo exigible".

Eventos y campeonatos deportivos, masivos o no tanto, se realizan todas las semanas en el país. Y en ellos, pareciera que la seguridad es frágil. Por ejemplo, en el Mundial Junior de Hockey Césped, hay normas internacionales que sí son rigurosas. Marta Albornoz, jefa médica del evento, sostiene: "Estamos preparados. En la cancha tenemos una camilla con un desfibrilador y un equipo médico compuesto por un doctor, un kinesiólogo y un paramédico. Además, está la ambulancia al frente".

Desde la Seremi de Salud Metropolitana admiten esta falencia: "No hay una exigencia en espectáculos deportivos distintos al fútbol en cuanto a ambulancias y otras medidas, sino que se responde a los reglamentos internos que establecen las federaciones. Lo único que podemos fiscalizar es que quienes cumplan estas funciones sean personas idóneas".

Según Matías Walker, diputado de la Comisión de Deportes de la Cámara, se tomarán medidas: "Sé que el gobierno prepara un proyecto para regular las condiciones de seguridad en espectáculos masivos. Es fundamental, para que en este tipo de eventos se exijan, por ejemplo, máquinas desfibriladoras que realicen primeros auxilios en caso de accidentes cardiovasculares".

Squella es enfático: "Yo voy a poner el tema en la mesa. No puede ser que, además de tener un deporte amateur, seamos amateur en esto".