Bolt ha dejado de ser fiable. Una de las mayores características del velocista jamaicano fue siempre su extraordinaria capacidad para no fallar jamás en las grandes citas. El de Trelawny siempre rendía al máximo en los campeonatos y coronaba sus hazañas con grandes exhibiciones en las pruebas de relevos llevando a Jamaica a lo más alto del podio. Pero Londres ha terminado con su fiabilidad.

No recuerdo haber visto a Bolt lesionarse como ayer. Fue la típica lesión de los velocistas, la rotura del bíceps femoral, el músculo más tierno de los hombres rápidos, el de la parte trasera del muslo, siempre más débil que el potente cuádriceps de la cara anterior del muslo. Pero a Usain nunca le había pasado.

La imagen fue tremenda. Bolt recogió el testigo en la curva y se lanzó a por sus rivales. Estados Unidos y Gran Bretaña iban por delante. La situación reclamaba el máximo esfuerzo, había que correr la recta al ciento por ciento. Lo intentó, se exigió más aún, reclamó aún más velocidad de sus fibras musculares … y las rompió. Bolt, cojeó, saltó por los aires y con él la medalla de Jamaica, tan necesitada como está de trofeos en estos Mundiales en los que sus velocistas parecen congelados.

Jamaica ha ofrecido una imagen muy pobre en estos Mundiales. Frente al arrollador rendimiento de la selección estadounidense, el equipo caribeño parece haber llegado al año postolímpico sin gasolina. Sus velocistas están lejos de sus mejores momentos y el bajo rendimiento de Bolt no deja de ser una metáfora de la debilidad jamaicana en la presente temporada.

Momento de reflexión ahora para Bolt. Es la hora de replantearse todo. Todo indica que no va a retirarse del atletismo de esta forma. Volverá a correr y deberá despedirse de las pistas ofreciendo otra imagen. Pienso que ha sufrido una gran cura de humildad en Londres. No ha llegado a los Mundiales bien preparado y si su espalda (cada año más lastimada) le da una buena tregua volveremos a verle el próximo año en el circuito mundial. El atletismo todavía le necesita porque no ha encontrado su sucesor en Londres. Son estos los Mundiales en los que los favoritos nunca ganan.

Cayó van Niekerk, cayó Farah. Y ayer Bolt vivió su mayor drama. Lo dijo hace tres décadas el gran decatleta, Daley Thompson: "El atletismo puede ser cruel".