LA ALCALDESA de Providencia anunció que se evalúa la incorporación de una flota de drones para combatir la delincuencia en la comuna, en tanto que el alcalde Las Condes comunicó que también pretende implementar una medida similar. Aun cuando se trata de anuncios preliminares, que deberán ser refrendados por los respectivos concejos municipales, se ha levantado una áspera polémica por el uso de estos aparatos, ya sea por su supuesta inutilidad para disuadir a los delincuentes, o por la posible invasión a la privacidad de las personas.

Puesto que en el país no existe mayor experiencia sobre el uso de drones en labores preventivas, parece apresurado una crítica tan destemplada a esta iniciativa; de allí que un plan piloto podría ser útil para verificar en terreno si hay efectos relevantes que justifiquen una inversión de esta naturaleza. Otras iniciativas ya en práctica, como los globos de vigilancia, también están siendo sometidos a evaluación, todo lo cual aportará evidencia para apreciar la utilidad de estas herramientas.

El tema de la privacidad es, desde luego, un punto sensible, que deberá ser adecuadamente ponderado. Hoy día la ciudad cuenta con un extendido sistema de cámaras de vigilancia -públicas y privadas-, donde los asuntos de privacidad parecen haber sido razonablemente resueltos. Un dron, por el hecho de desplazarse y grabar espacios mucho más amplios, podría ser más controversial, pero por lo mismo un período de prueba acotado podría ser útil para verificar sus posibles riesgos.

Más allá de la efectividad de esta medida puntual, es valioso que los alcaldes tomen iniciativas para abordar los problemas relativos a la delincuencia, sin perder la perspectiva de que estas medidas solo pueden entenderse como complementos a la labor policial y al trabajo de las fiscalías.