Sólo usando un objeto pueden distinguir si están inmersos en un sueño o en la realidad. El que lleva Dom Cobb (Leonardo Di Caprio) es una especie de trompo, que en el mundo onírico gira indefinidamente, en lugar de frenarse y caer como haría en el mundo real. En la película Inception (El Origen), que se estrenó el pasado jueves en el país, Di Caprio interpreta a un espía industrial que utilizando avanzada tecnología es capaz de sumergirse en los sueños de otras personas, robar sus secretos e, incluso, "sembrar" ideas en sus mentes.

El filme, de Christopher Nolan (Memento, The Dark Knight), se basa en una serie de investigaciones científicas que durante los últimos años intenta sumergirse en la "mecánica" de los sueños. Pero ¿es realmente posible manipularlos? Según explica Jayne Gackenbach, investigadora del sueño de la Universidad Grant MacEwan, Canadá, en el portal de MSNBC los sueños serían una especie de "eco cognitivo", que permite lidiar de mejor forma con emociones conflictivas y experiencias negativas acaecidas durante períodos recientes, para darles un cierre y estar mejor preparados al enfrentar similares dilemas en el futuro.

COMPARTIR UN SUEÑO

Lo cierto es que la posibilidad real de compartir el mismo sueño con otra persona, como hace Cobb con Ariadne (Ellen Page) en la película, no pasa de la esfera de las anécdotas, en grupos bien determinados de personas: gemelos idénticos, personas que llevan muchos años de matrimonio o que han pasado crisis juntas. MacEwan explica que esto ocurre sólo en situaciones de gran cercanía y experiencias compartidas.

Pero el principal argumento en torno al cual gira la película es la "implantación" de ideas en la mente de otra persona mientras duerme. Es lo que hace Cobb junto a su equipo de sofisticados espías industriales. ¿Una locura? No tanto. La posibilidad de sembrar un sueño no es tan ficticia después de todo.

Los especialistas en trastornos del sueño utilizan estas técnicas todo el tiempo, claro que no a la manera hollywoodense. En un artículo publicado por la revista New Scientist, la doctora en sicología de Harvard Medical School, Deirdre Barrett, relata que se utiliza una técnica llamada "incubación de sueños", la cual aumenta las probabilidades de que la mente sueñe eventos específicos que la persona desea. ¿Cómo así?

Si usted desea soñar sobre una persona, digamos un amor secreto, por ejemplo, sólo tiene que pensar en esa persona cuando se va a la cama y formar una imagen en su mente de ella o él. La idea es que esta escena sea lo último que "pueble" su mente antes de quedarse dormido. La técnica se puede optimizar si usted escribe el nombre de la persona antes de acostarse, pero también sirve para "pedirle" a su mente que sueñe con algún evento o problema que lo aqueja.

Otra manera de utilizar los sueños a favor de las personas en la vida real es utilizarlos para mejorar la capacidad de aprendizaje. En la misma Escuela de Medicina de Harvard, investigadores enseñaron a un grupo de alumnos a navegar en un laberinto tridimensional. Luego, los dividieron en dos grupos: uno debía tomar una siesta antes del examen y el otro no. Quienes durmieron la siesta se desempeñaron ostensiblemente mejor, indicaron los resultados del experimento.

Este ha sido uno de los estudios que han permitido establecer que la siesta también ayuda a consolidar la memoria en el cerebro. "Creemos que los sueños pueden reflejar los esfuerzos del cerebro por encontrar asociaciones entre recuerdos que podrían ser útiles en el futuro", explica el investigador líder del estudio, Robert Stickgold.

También está la posibilidad de soñar con sueños, una infrecuente posibilidad para el común de los mortales, que según estudios se da en el 1% de las personas. Quienes tienen esta facultad llegan a tener falsos despertares, en ocasiones una y otra vez, sin poder salirse de sus sueños.

Y hay más, existen personas que son capaces de notar que están en un sueño y aún  así seguir soñando, cambiando incluso el curso de sus sueños según su voluntad: son los llamados sueños lúcidos. En un estudio con 50 personas, publicado en la Revista Dreaming, los participantes con esta facultad podían convertirse en personajes, dirigir las conclusiones de sus sueños e, incluso, manipular las leyes de la física. Como muestra Inception, aunque menos real.

La máquina de capturar sueños

En la película, los cazadores de sueños utilizan una droga llamada somnacin, la que sumada a un sofisticado dispositivo permite "cargar" escenarios y sueños en las mentes de otras personas. En la vida real esto también se consigue, aunque de una forma menos fantástica. Los especialistas en sueños utilizan imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), lo que permite capturar "instantáneas" de la actividad cerebral mientras una persona duerme y luego, mediante softwares, recrear algunas imágenes a partir de dicha actividad. Todavía, sin embargo, no es posible capturar una noche completa de sueños.