Una reflexión en torno al proceso de construcción del conocimiento, y la labor que en este proceso le cabe a los profesores, realizó la profesora Marlene Scardamalia durante un encuentro con investigadores del CEPPE y académicos de la PUC que trabajan en el área de las TIC.

Scardamalia es experta mundial en el área de la innovación en la producción del conocimiento y las tecnologías aplicadas al ámbito de la educación y doctora en psicología aplicada de la Universidad de Toronto. Es considerada una pionera en promover el aprendizaje colaborativo con el apoyo de la computación y ha hecho significativas contribuciones en el ámbito del desarrollo cognitivo.

Scardamalia señaló que “el profesor no es el centro de la construcción del conocimiento, sino un eslabón para que la red de captura de información funcione y se oriente hacia ciertos resultados establecidos en el currículo obligatorio”.

La experta recordó su experiencia con grupos colaborativos de aprendizaje, donde a partir de una pregunta o problema planteado por el profesor, los estudiantes buscan información en distintas fuentes y plantean incluso hipótesis personales que respondan el desafío, sin estar necesariamente en la razón.

“Luego, cada grupo va leyendo las respuestas y explicaciones del otro grupo, tejiendo una red de respuestas que son cada vez más correctas y en las que el conocimiento se va construyendo y acumulando de manera gradual”, precisó.

"Los estudiantes leen las notas y respuestas de todos los otros grupos, y así cada alumno tiene la oportunidad de colaborar con la respuesta correcta" ejemplificó.
"El profesor es simplemente otro jugador, tal como los otros miembros de la red.  No es el centro de la discusión, pero tampoco queda afuera", dijo.

Durante el proceso colaborativo, Scardamalia recordó que el profesor no sólo va recogiendo o cosechando ideas, sino también registrando qué sucede con ellas y cómo evolucionan.
Democratización del conocimiento.

La académica canadiense afirmó que los ambientes digitales que proveen las TIC son los escenarios ideales para la construcción común del conocimiento, dadas las facilidades que entregan para el intercambio de información y la retroalimentación en línea.

“El profesor puede crear la métrica que desee para registrar los avances del grupo.  Se pueden hacer las combinaciones que se quiera, incluso, con personas que no están en la misma  ciudad de origen”, afirmó.  Se trata, finalmente, de un proceso de democratización del conocimiento.

En el proceso, además, se generan otras externalidades positivas, indicó la académica: aumenta la sensación de comunidad cuando existen metas compartidas y aumenta el uso y riqueza del vocabulario, entre otras.  Se trata de un conocimiento conectado en multiniveles, dijo.

“A través del computador, se pueden recoger piezas de información que van construyendo el conocimiento compartido.  La idea es tener presente que el profesor no tiene la respuesta a todas las consultas, pero que puede facilitar el proceso”, aseveró.

En resumen, la académica afirmó que el proceso debe tener ciertos pasos necesarios: plantear un problema, que cada estudiante establezca una hipótesis explicativa, que exista recolección de información y que se comparta entre todos en una plataforma común, y que el grupo se capaz de generar y detectar información nueva que ilumine el problema inicial.

“Las ideas deben estar en el centro del proceso, son lo más valioso que tenemos que resguardar.  Y es tarea del profesor que el grupo genere consultas e inquietudes productivas, que deben mezclarse con las preguntas que sugiere el Ministerio de Educación”, finalizó.