Llegó en silencio y durante los nueve días que suma en la Selección ha mantenido el hermético perfil que ha acompañado su destacada carrera. David Pizarro rápidamente mostró su sello en su regreso a la "Roja" después de ocho años de un voluntario exilio. El mediocampista convirtió el complejo Juan Pinto Durán en su lugar de trabajo y en su casa en busca de aminorar la dificultad que origina el estar lejos de su familia en Italia, la que debió permanecer en Europa por el cierre del año escolar de sus hijos.

En Santiago, el "Fantasista" ratificó rápidamente todas las referencias que recibió sobre el trabajo de Jorge Sampaoli, las mismas que el estratega le comunicó en la cita que sostuvieron la primera semana de mayo en Florencia, encuentro donde se selló su retorno.

Matías Fernández, amigo y compañero en la Fiorentina, le había advertido del nivel de exigencia del casildense, el que no ha incomodado al volante. "En pocos días ratificó la seriedad que pensaba que tenía el trabajo de Sampaoli. Se ha adaptado mucho a un técnico de estándares europeos con metodologías cercanas a las que ha vivido en Europa", comenta un cercano a Pizarro.

El esfuerzo de cada entrenamiento no deja mucho espacio al relajo. Fiel a su estilo, el porteño optó por pernoctar en Pinto Durán evitando el desgaste de traslados diarios a Valparaíso.

Sus ratos de esparcimiento fueron escasos, salvo una animada reunión sostenida la semana pasada en la casa de Matías Fernández, cita en la que también estuvo el volante de Universidad Católica, Fernando Meneses.

"Lo conocí hace cuatro años en un partido benéfico en Coquimbo. Es un tipo espectacular, simpático y muy sencillo. Tuvimos una junta de amigos muy tranquila con Matías. Comimos sushi, hablamos de su experiencia en Europa. Lo vi muy contento", comenta Meneses.

El mediocampista de la UC acota que Pizarro no entregó muchos detalles de su regreso a la Selección. "Sólo dijo que estaba tranquilo y con muchas ganas de volver a jugar. Sabe que el grupo es bueno y que está compenetrado en llegar al Mundial".

Sus afectos en el Puerto

El domingo pasado aprovechando la jornada libre otorgada por Sampaoli, Pizarro se reencontró con sus raíces en Valparaíso. En el cerro Playa Ancha compartió con sus padres: David y María Elena y varios integrantes de su familia materna.

Tras el almuerzo siguió por televisión junto a su primo Andy Soto Cortés, ex futbolista de las inferiores de Wanderers, la definición del torneo que coronó a Unión Española como el monarca 2013. Su círculo en la Quinta Región se extiende, además, a sus suegros y la familia de su señora, quienes también residen en el cerro Playa Ancha.

En su ciudad natal, el estilo de Pizarro jamás ha cambiado ni siquiera por la trascendencia que ha marcado su carrera de más de una década en Europa. "Siempre ha sido igual. Un tipo muy 'quitado de bulla'. No le gusta sobresalir por sus logros ni la fama. Cada vez que está en Valparaíso pasa desapercibido", destaca Moisés Villarroel, ex compañero del "Fantasista" en Santiago Wanderers.

El propio Villarroel aclara que por sus vacaciones no ha podido coincidir con su amigo en el puerto, aunque anticipa un exitoso regreso de Pizarro a la Selección. "Es un tipo maduro que sabrá manejar todas las situaciones. No creo que le cueste adaptarse al grupo, porque viene con la mejor disposición y con ganas de ratificar su calidad", concluyó el ex mundialista 98.