“No puedes entender al ‘Estado Islámico (EI)’ si no sabes la historia del wahabismo en Arabia Saudita”, advirtió el ex agente del MI6 Alastair Crooke en un artículo publicado por el diario The Huffington Post. Esto porque el grupo yihadista tiene sus raíces en esta forma del islam, que se desarrolló en el siglo XVIII y que se practica en el país árabe desde fines de la década del 20.

Arabia Saudita, cuyo jefe de Estado se asignó el título de Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas y que tiene el Corán como su Constitución, se encuentra gobernada por una monarquía que adhiere a la misma rama del islam que los miembros del EI.

El wahabismo, cuyo nombre proviene de Mohamed Abdel Wahhab, quien en el siglo XVIII respaldó a Mohamed Ibn Saud en la formación del primer Estado saudita,  es -según los expertos-  una forma de salafismo, “la puritana interpretación del islam sunita que ha alimentado el islamismo del que han surgido los grupos yihadistas”, señaló el diario El País en una columna .

Así, cuando se originó la Primavera Arabe a fines de 2010, el reino saudita se opuso a las protestas populares que aspiraban a un cambio en el país. Pero, en el caso de Siria, a diferencia de lo ocurrido en Egipto o Bahrein, los sauditas respaldaron el movimiento contra el Presidente Basher Assad. Esto porque  la mayoría de los sirios profesan la corriente sunita y  el mandatario es de confesión alauita, que es una minoría perteneciente a los chiitas. De esta forma, el conflicto adquirió un tono sectario y, según analistas, se asumió que Riad intervenía a favor de sus hermanos sunitas.

No obstante, Arabia Saudita ve, al igual que el resto de los monarquías sunitas de la región, al EI como una amenaza. “La idea de un califato que borra fronteras y desconoce los Estados soberanos surgidos en el siglo XX es una perspectiva inquietante”, dice El País. Pese a ello, Riad ha sido criticado por su ambivalencia, ya que si bien condena las acciones del grupo yihadista, no se ha mostrado tan activo en la lucha para combatirlos. “Parece que la elite está dividida. Algunos alaban que el EI esté luchando contra el fuego chiita, que un nuevo Estado sunita tome forma en el corazón de lo que consideran un patrimonio histórico sunita. Otros están más temerosos. Muchos están profundamente perturbados por las radicales doctrinas del EI y están empezando a cuestionar algunos aspectos de la dirección y el discurso de Arabia Saudita”, escribió Crooke.

Así, las fichas de este ajedrez, en el que Riad, Teherán y el EI parecen ser los actores principales ya comienzan a moverse. Porque la capital saudita será la sede de una conferencia a mediados de diciembrecuyo fin será unificar a la oposición siria, según anunció el viernes la televisión Al Arabiya.

En tanto, el Presidente ruso, Vladimir Putin, se reunirá mañana con el ayatola Alí Jamenei en Irán para hablar de la cooperación entre ambos países, aunque lo que los analistas suponen que el encuentro se centrará en Siria y el “Estado Islámico”.