Señor director:

Hasta ahora parecía de sentido común que la tarea escolar al hogar era fundamental para favorecer el éxito.

Sin embargo, las evidencias aportadas por la neurociencia y los estudios en pedagogía aplicada señalan lo contrario. Lejos de permitir una profundización del conocimiento, el trabajo obligatorio para la casa ha obstaculizado el proceso de enseñanza-aprendizaje. Los factores que lo explican son diversos.

Particularmente, en nuestro país con una jornada escolar de ocho horas el agobio y estrés escolares se encuentran ligados a los alarmantes índices de trastornos de salud mental en la población infanto-juvenil.

La aprobación en general del proyecto de ley que pretende regular el exceso de tareas al hogar es un acierto legislativo, que pone de manifiesto la importancia de buscar una política pública que garantice el derecho a una educación de calidad en un marco de respeto y cuidado de la niñez.

Abordar la tarea escolar es relevar un continuo entre el niño, la escuela y la familia.

Es pensar en el puente entre los actores que intervienen en el aprendizaje según su momento, contexto, metodologías y objetivos.

Pero también es relevar un modo de funcionamiento social, un paradigma, no sólo sobre cómo concebimos la infancia sino la vida en comunidad.

Promover una reforma al sistema de tareas escolares no es otra cosa que articular una reflexión de fondo sobre el desarrollo y bienestar social.

Constanza Gamboa

Movimiento La Tarea es Sin Tareas