Contrario a lo que se presumía hasta ahora, los antiguos habitantes de la Isla de Pascua nunca se mezclaron con los sudamericanos antes de la llegada de los europeos en 1722, según un análisis

paleogenético.

El estudio, publicado en la revista Current Biology, entrega nuevos datos sobre la misteriosa cultura local, reconocida por los populares moais y en que anteriores oportunidades ha sido objeto de diversos análisis relacionados tanto a las estructuras de piedra, el declive de su civilización y sus costumbres, entre otros.

Para la investigación, Un equipo dirigido por el antropólogo Lars Fehren-Schmitz de la Universidad de California observó fragmentos de cinco esqueletos humanos encontrados en la isla en 1980

conservados en el Museo Kon-Tiki en Oslo, Noruega. De ellos, tres datan antes de la llegada europea, y dos son posteriores a esa época.

El objetivo del estudio apuntaba a examinar más a fondo la evidencia descubierta en 2012 que señalaba que los isleños se habían mezclado con habitantes sudamericanos antes de que los europeos llegaran al lugar.

Así, se utilizaron muestras de sangre de los habitantes vivos de la isla y se analizaron los antígenos, el ADN mitocondrial y los marcadores del cromosoma Y. De acuerdo a los resultados, todos los individuos llevaban marcadores polinesios distintivos, aunque otros también portaban marcadores antigénicos particulares que solo se habían encontrado en poblaciones sudamericanas.

La investigación sugirió que estos últimos marcadores habían entrado en el genoma de los isleños antes que se conociera el contacto entre las dos culturas -que surgieron de la trata de esclavos peruanos hacia 1860- y que las adiciones posiblemente ocurrieron en tiempos prehistóricos. Posteriormente, otro estudio redujo el margen de contacto entre los isleños y los sudamericanos, afirmando que probablemente ocurrió entre 1280 y 1425.

En ese entonces, los resultados fueron plenamente aceptados. La evidencia sugiere que los polinesios llegaron a la isla en el 700 aC, y considerando las costumbres y cultura marinera, la distancia entre la isla y el continente no había sido problema. Sin embargo, este último estudio arroja dudas sobre la teoría.

"No encontramos evidencia de flujo de genes entre los habitantes de la Isla de Pascua y los sudamericanos", asegura Fehren-Schmitz.

"Nos sorprendió que no hayamos encontrado nada. Hay muchas pruebas que parecen plausibles, por lo que estábamos convencidos de encontrar pruebas directas del contacto pre-europeo con América del Sur, pero no fue así", agregó.

Por ahora, los resultados plantean más preguntas sobre la Isla de Pascua, y de acuerdo a los investigadores son necesarias más pesquisas.

"Queremos hacer más estudios para determinar con más precisión cuándo se produjo este flujo de genes entre los nativos americanos y la población de la isla, y en qué parte de América se

originó", señala.

Fuente: Current BiologyThe Royal Society