Mo farah era el último ídolo que quedaba en pie para la hazaña. A Usain Bolt lo bajó Gatlin; a Wayde van Niekerk lo boicoteó el turco Guliyev en la búsqueda de su doblete en los 400 y 200 metros; él era la gran esperanza entre los favoritos. Pero no pudo.

En una carrera emocionante, como casi todas las que se han visto en Londres durante este Mundial, el cuatro veces campeón olímpico, finalmente, terminó con la plata en los 5.000 metros, su prueba reina.

Lo ganó el etíope Muktar Edris, quien se impuso en  13'32"79, arrebatándole el ansiado séptimo doble al astro del fondo mundial.

Farah debió pelear para meterse al podio. Terminó segundo, con una marca de 13'33"22. El bronce recayó en el estadounidense Paul Chelimo, con 13'33"30.