La canciller alemana, Angela Merkel, inicia una semana clave para formar gobierno y poder poner fin a la incertidumbre política que enfrenta ese país desde hace poco más de tres meses.

La situación volvió a instalar la posibilidad de revivir la llamada "gran coalición" entre los dos principales partidos alemanes, la CDU y los socialdemócratas de la SPD. Si bien las conversaciones se dan en medio de un panorama complejo, y requerirán de un trabajo intenso y generoso de parte de los líderes de ambos partidos, las señales de los últimos días sugieren que se podría llegar a un acuerdo.

Prueba de ello, son las declaraciones de la canciller, quien afirmó haber llegado "a unas conversaciones que se abren con optimismo". Asimismo, según sondeos, un 53% de los alemanes cree que habrá una nueva coalición, lo cual constituye una buena señal y refuerza las posibilidades de que se logre instalar finalmente un nuevo gobierno. La canciller alemana se ha convertido en los hechos en la líder de la Unión Europea (UE) y como tal encabeza los esfuerzos por revitalizar el proyecto europeo. Un proceso que requiere de un liderazgo claro y un gobierno sólido en Alemania, considerando el complejo momento que enfrenta el bloque, con el creciente populismo y las gestiones por el Brexit.

Con todo, si las tratativas fallan, a Merkel solo le quedaría la alternativa de un gobierno en minoría, con una débil capacidad de supervivencia. O convocar nuevas elecciones que, según todas las proyecciones, no producirían un escenario distinto.