Distintas reacciones ha generado la polémica defensa que dio el Papa Francisco al obispo de Osorno, Juan Barros, quien es acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos por el condenado sacerdote Fernando Karadima.

Ayer, durante su paso por Iquique el Pontífice fue consultado por la presencia de Barros en las misas que ofició durante su gira por Chile, a lo que respondió asegurando que las acusaciones son calumnias, y que no hay ninguna sola prueba que lo incrimine.

Tras esto, y luego de que las víctimas de Karadima manifestaran en un punto de prensa que las palabras del jefe de la Iglesia fueron ofensivas, la vocera del gobierno, Paula Narváez, manifestó que ninguna defensa institucional puede estar por encima del principio de una sociedad justa.

A través de su cuenta de Twitter, la ministra sostuvo que "es un imperativo ético respetar a las víctimas de abusos sexuales, creerles y apoyarlas". 

"Ninguna defensa institucional puede primar ante este principio básico de una sociedad justa y empática con quienes más lo necesitan", agregó.

https://twitter.com/paulanarvaezo/status/954429568298995713