Señor director:

A raíz del debate suscitado a propósito de los "guetos verticales" de Estación Central, no he dejado de pensar en el reputado intelectual y profesor de Harvard, Michael Sandel, que lúcidamente diagnostica cómo hemos mutado desde una sociedad con economía de mercado a una sociedad de mercado propiamente tal, en donde los derechos, valores morales y la "buena vida" estarían subyugados al arbitrio de este "mecanismo neutral de distribución", en desmedro de la deliberación política, quizás por convicción de su conveniencia, quizás por miedo a enfrentar el desacuerdo.

La pregunta que debemos plantearnos es: ¿son estos temas relevantes? ¿Podemos/debemos postergarlos a la interacción entre privados? No creo que la pregunta sugiera intrínsecamente una respuesta, pero creo recomendable, tal como Sandel, comprender que la economía no es más que una rama de la filosofía moral y política, y así (y solo así) recuperar el sentido de la deliberación pública para fortalecer las desprestigiadas instituciones de hoy en día.

Cristóbal Millar