La primera reacción del senador Ignacio Walker (DC) al conocer el ajuste ministerial que hizo la Presidenta Bachelet el miércoles fue un mensaje en redes sociales que decía: "Cambio de gabinete quedó pendiente". Al igual que la mayoría de los parlamentarios de su partido -y en general del bloque oficialista-, al ex timonel democratacristiano le costó entender la intención política detrás del ajuste de piezas que hizo la Mandataria, a tres días de las elecciones municipales.

¿Cuál es su análisis de lo que hay detrás de la decisión de la Presidenta?

Este fue un cambio sorpresivo. Hay un tema de oportunidad que todavía no logramos entender, que hizo que la elección municipal pasara a segundo plano. Fue un cambio a nivel sectorial, y el ambiente era que un cambio de gabinete pasaba por un cambio en el equipo político de La Moneda, total o parcialmente, por lo que yo creo que efectivamente el cambio de gabinete quedó pendiente.

¿Cuáles espera que sean los próximos pasos de la Presidenta? Varios parlamentarios oficialistas decían que debía venir un segundo cambio de gabinete post municipales.

Yo espero que en los próximos días podamos tener, desde el punto de vista de la Presidenta de la República, en coordinación con los parlamentarios y los partidos de la Nueva Mayoría, una definición política para la recta final, para los 17 meses que nos quedan.

Una definición política que incluya un cambio de elenco...

Eso tendrá que verlo ella. Yo siempre he sido muy cauto en esta materia, pero evidentemente que los problemas del gobierno, más que sectoriales, más que económicos, son políticos y, por tanto, cuesta imaginar que con el mismo equipo político se pueda sortear con éxito la recta final.

La mayoría de las críticas han apuntado al ministro de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre. ¿Cree que debe ser el primero en salir del gobierno?

No me gusta personalizar. Pero insisto; si de cambio de gabinete se trata, eso tiene una dimensión política inevitablemente. Por una cuestión de sentido común, eso pasa por La Moneda. Si ese cambio es total o parcial, eso depende de la Presidenta.

¿Qué haría usted si tuviera que tomar esa decisión?

Sería muy presuntuoso de mi parte tratar de ponerme en situaciones hipotéticas que involucran a la Presidenta Bachelet. Lo que yo espero, por el bien de Chile, es que desde la próxima semana podamos definir un rumbo que nos permita llevar este barco a buen puerto. Una definición política acerca de qué es lo que queremos hacer en la recta final. Yo creo que la pauta la dio la propia Presidenta cuando llamó a un pacto nacional por pensiones dignas. A mí me hizo mucha ilusión que volviera a mencionarse la palabra acuerdo nacional, y siento que debería haber un acuerdo nacional por pensiones, por educación superior y por nueva educación pública.

¿Pero qué cree usted que debería pasar en específico con el comité político de La Moneda?

Creo que todos los ministros debieran poner sus cargos a disposición de la Presidenta, para luego definir una carta de navegación para la recta final.

¿Cree que fue un error político el sentido de la oportunidad, por el efecto de haber desviado la atención de la elección municipal?

Fue extemporáneo, inoportuno, porque hizo que la elección pasara a segundo plano. No veo la razón, incluso frente a dos renuncias que habían sido presentadas (la de Javiera Blanco, al Ministerio de Justicia, y la de Máximo Pacheco, al Ministerio de Energía), para no haber tomado esa decisión la próxima semana. Lo que realmente me desconcierta y me sorprende es la oportunidad y el hecho de que no haya incluido un cambio político. Porque el problema que tenemos, -y ha sido una cuestión permanente durante este gobierno-, es precisamente de conducción política. Ahí es donde está el déficit de este gobierno y eso ha incidido en la mala gestión de las reformas, que es lo que explica, a su vez, la alta desaprobación del gobierno. Está todo relacionado. Entonces, si la Presidenta no cuenta con un equipo político en La Moneda que sepa darle una cohesión al gobierno y una base de sustentación política al mismo, difícilmente vamos a poder caminar por esta recta final que está llena de desafíos.

¿Siente que La Moneda abdicó de gobernar este año y medio que le queda?

Quiero pensar que no es así. No creo en la teoría del "pato cojo". Nos quedan 17 meses por delante y no puede ser que la simple inercia prefigure lo que va a ser el resto de este gobierno. Hay mucho por hacer y la disposición de los partidos y parlamentarios de la Nueva Mayoría es de mucho compromiso, pero se requiere una Presidenta que defina una carta de navegación para la recta final, un equipo político que le dé coherencia a la acción gubernamental, y me imagino que eso pasa también por un cambio de gabinete de mayor envergadura.

Varios dirigentes oficialistas, sobre todo del PS y la DC, resintieron que el ministro Pacheco dejara el gabinete para encabezar el equipo de trabajo de Ricardo Lagos. Algunos, incluso, hablaron de intervencionismo. ¿Coincide con ellos?

No. Yo no tengo ningún juicio o reproche que hacer por eso. Es perfectamente legítimo que Ricardo Lagos invite a cooperar con su opción presidencial a quien quiera, y es perfectamente legítimo que un ministro renuncie a su cargo para ir a colaborar con esa tarea. Además, hay precedentes. Cuando se fue Ricardo Lagos del gobierno de Aylwin para ser candidato presidencial, salió también Carlos Ominami, para ser su jefe de campaña. Además, creo que si de la obra gruesa se trata, puede decirse que en Energía la obra gruesa estaba hecha.