El recurso de protección que interpuso a fines de septiembre la empresa Kellogg's contra la Seremi de Salud Metropolitana da inicio a un nuevo capítulo en las dificultades que ha tenido la implementación de la Ley de Etiquetado de Alimentos en sus cuatro meses de vigencia. Esta vez, se trata de la compleja coexistencia entre la norma y las regulaciones de Propiedad Intelectual que aplican a la industria, situación que deberá ser analizada ahora, por primera vez, en tribunales.

Esto, porque la nueva legislación, que obliga a poner etiquetas negras en los alimentos altos en nutrientes críticos, también impide que dichos productos utilicen ganchos comerciales dirigidos a menores de 14 años. El problema es que numerosas empresas -nacionales e internacionales- tienen marcas registradas que entrarían en esta categoría.

Así ocurre con los cereales Zucaritas, que incorpora en su sello al tigre Tony, y Froot Loops, cuya marca está asociada al tucán Sam. Ambos productos resultaron altos en azúcar, por lo que el uso de las caricaturas está en tela de juicio.

Por ello, enmarcada en el cumplimiento de la Ley de Etiquetado de Alimentos, una resolución del 23 de agosto pasado de la Seremi de Salud Metropolitana rechazó la comercialización de casi ocho toneladas de estos productos. En respuesta, la firma optó por modificar el envase y gestionar una reunión con representantes de la Seremi para presentar los nuevos diseños, esta vez, replicando "a los personajes Kellogg's de manera idéntica a sus respectivos registros marcarios, respecto de los cuales la autoridad no formuló objeciones", según plantea el recurso de protección.

Pese a esto, señala el documento, al día siguiente se comunicó a la empresa que los diseños propuestos no cumplían la norma, tras lo cual la multinacional implementó un nuevo cambio en el etiquetado -que consistió en el retiro de los personajes-, que no fue posible desarrollar en todos los productos, quedando fuera dos partidas.

En su planteamiento, Kellogg's advierte que dichas imágenes están protegidas por la Ley de Propiedad Intelectual, pues los personajes asociados a los cereales se encuentran registrados. "Una restricción o limitación que no permita utilizar dichos personajes en los empaques de los cereales Kellogg's a los que están asociados se traduciría en una restricción intolerable al derecho de propiedad respecto de las marcas bajo las cuales se encuentran registrados", dice la acción judicial

El recurso, presentado ante la Corte de Apelaciones de Santiago, fue encontrado inadmisible bajó el argumento de que "los hechos descritos y las peticiones que se formulan exceden las materias que deben ser conocidas". En vista de esto, Kellogg's acudió a la Corte Suprema, donde actualmente se ubica el caso.

Debate

La posible confrontación entre las leyes de propiedad intelectual y de etiquetado fue un punto de discusión entre los especialistas meses antes de que la norma entrara en vigencia. Tito Pizarro, jefe de la División de Políticas Públicas del Ministerio de Salud, sostiene que "las marcas están protegidas, pero lo que plantea esta ley es la prohibición de la publicidad dirigida a niños cuando el producto tiene contenidos críticos. Si la imagen está haciendo publicidad y no está funcionando sólo como marca, la ley la prohíbe". Agrega que el accionar de la Seremi se debió a que "la marca estaba incentivando al consumo al encontrarse (las caricaturas) cubriendo todo el envase".

Por su parte, el especialista en propiedad intelectual Andrés Grunewaldt, de la firma Silva & Cía., dice que "el conflicto está en la interpretación que haga el funcionario que fiscalice, ya que esa directriz no tiene validez legislativa, pues la ley no zanjó este problema".

Rodrigo Alvarez, presidente de Alimentos y Bebidas Chile, señala que con lo ocurrido "hemos visto que empiezan a surgir inconsistencias en los criterios empleados por algunas autoridades fiscalizadoras, poniendo en tela de juicio la facultad de las empresas de utilizar sus derechos marcarios en los envases de sus productos", y que "nos parece preocupante, ya que es una evidente contradicción con las seguridades dadas en la tramitación del reglamento".

Sobre la resolución de la Corte de Apelaciones, Oscar Molina, abogado de la firma Albagli Zaliasnik, sostiene que "es raro que no haya querido pronunciarse, pero se trata de un tema complejo y no hay un precedente para este tipo de caso, por lo que será interesante, para tener el antecedente, cómo se analizará en la Suprema".

La Tercera contactó a la firma Cariola Díaz Pérez-Cotapos, representantes de Kellogg's, pero declinaron comentar el caso.