Tras enumerar una serie de obstáculos que como fiscales a cargo de las causas Penta y SQM tuvieron durante los años de tramitación de los casos de financiamiento ilegal de la política ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) y otras entidades, los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena sostienen -en un la carta de renuncia a la que accedió La Tercera- que "lamentablemente, a pesar de estos logros, las mayores derrotas las tuvimos al interior de la propia Fiscalía de Chile ante sus más altas autoridades, quienes no acogieron nuestra tesis".

Esta es parte de la carta renuncia presentada hoy por los persecutores ante el fiscal nacional Jorge Abbott quien debe acoger la dimisión de los emblemáticos investigadores. "Se ha impuesto pírricamente la postura de no intentar obtener una sanción penal proporcional a la gravedad de los hechos para personas respecto de las cuales existe fundamento serio para presentar acusación en su contra".

Gajardo y Norambuena apuntan que, "así, nos transformamos en fiscales incómodos a quienes se les marginó progresivamente de las causas que llevábamos. Carecemos de poder decisorio en el devenir de las causas" y que "hemos manifestado en reuniones por escrito cada uno de nuestros desacuerdos y no hemos sido escuchados".

Hacen referencia a la suspensión condicional de la persona jurídica de SQM que se concretará el próximo viernes y a la misma salida ofrecida en su causa al senador Iván Moreira esta semana. "En los últimos días se han acordado suspensiones condicionales del procedimiento en los casos SQM y Penta por hechos de los más graves que ha conocido nuestra institución, acuerdos que no compartimos y que significan la inexistencia de reproche penal para dichas conductas".

Gajardo y Norambuena le dicen al fiscal nacional, "erróneamente la Fiscalía ha renunciado a ejecutar los actos procesales para intentar obtener una condena penal que eviten impunidad para hechos que causan un daño a la democracia. Creemos que con ello se dañará seriamente la confianza de los ciudadanos en el Ministerio Público, perjudicando a los miles de funcionarios y fiscales adjuntos de la Fiscalía de Chile que cada día realizan, no siempre en óptimas condiciones; sus mejores esfuerzos para cumplir el rol institucional en la persecución de los delitos y la protección de las víctimas".

Finalizan la carta dirigida a Abbott expresando que "la Fiscalía ha tomado un camino que marca un divorcio con nuestras más profundas convicciones profesionales y éticas. Ante dicho divorcio no tenemos otra opción que reconocer esta derrota interna y presentar, con dolor, nuestra renuncia a la institución".