Señor director:

El eslogan que titula esta carta mantuvo enfocada la campaña presidencial de Bill Clinton en lo que realmente afectaba a la gente, remontando así contra un George Bush que brillaba por asuntos más "importantes". En Chile, a estas alturas de la carrera presidencial, hemos visto un gran despliegue argumental, pero faltan programas para impulsar la economía. Más allá que algunos candidatos no entiendan el rol del Estado como regulador o incumbente, el proceso económico lo ejecutan los particulares y estamos lejos de ver propuestas contundentes en materia de desarrollo de los mercados.

Machiavello, referente obligado en teoría política, explica en el Capítulo VI de El Príncipe, que cuando es presentada la ocasión por la diosa Fortuna, es en razón de la propia Virtud que el Príncipe llegará, pero sobre todo, retendrá el poder.

Más allá que en esta materia el anterior gobierno se centró en destrabar la burocracia y el actual escasamente se ufana de la modificación al DL 211 -y en lo demás confía desde lejos en la creatividad de los privados-, sería conveniente que, tanto los candidatos que se han concentrado en cosas más importantes, como periodistas afanados en hurgar en el pasado y errores de los anteriores, y tantos diestros economistas y abogados abocados a resolver coyunturas, destinen tiempo a la construcción de estructuras programáticas sólidas para un desarrollo de mercados, con las armas que mejor aplican a nuestra realidad.

Gastón Mansilla C.

Profesor de Derecho

Universidad Adolfo Ibáñez