Los defensores de los animales disfrutaron de una gran victoria en enero de 2015, cuando en el estado de California entró en vigencia una ley que enfureció a la mayoría de avicultores: a partir del 1 de enero las gallinas utilizadas para la producción de huevos, debían tener suficiente espacio para moverse y estirar sus alas en las jaulas.

La normativa  que se aprobó en 2008, fue votada nuevamente en 2010, ya que en la ley se incluyó que los productores avícolas de otros estados como Iowa y Ohio que vendieran sus huevos a California, deberían cumplir con las mismas condiciones californianas para sus gallinas.

California es el mayor consumidor de huevos de Estados Unidos, e importa también un tercio de su abastecimiento.

Pero la victoria de los animalistas se transformó en un verdadero dolor de cabeza para los productores locales, que debieron realizar importantes inversiones para ampliar y renovar sus gallineros. Esto para cumplir con el espacio correcto o colocar menos gallinas por jaula.

Según datos de junio del Departamento de Agricultura estadounidense, la producción estatal de huevos cayó un 20% en comparación con el año  anterior, aunque según los expertos también se ha visto afectada por la peor sequía que vive California en su historia y por la gripe aviar.

Quienes están en contra de esta medida alegan que finalmente los consumidores son los más perjudicados.

Según explicó a La Tercera el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Huevos de Estados Unidos, Ken Klippen, la docena de huevos actualmente alcanza los US$ 6 en California, mientras que el promedio nacional de una docena es de US$ 2,9.

Para los defensores de los derechos de los animales, sin embargo, la ley ha sido aplaudida y ya empieza a discutirse en otros estados del país.

Según dijo el presidente de Humane Society, una de las organizaciones que llevó a cabo la ley, a Bloomberg, los estados “tienen permitido tener leyes que reflejen los valores del estado. No enfermarse es un valor, y la gente de California también puede decir ‘no queremos vender tus productos que vengan de torturar a animales”.

Según el diario The New York Times, hay leyes similares que se están estudiando en los estados de Michigan, Oregon y Washington, ya que la medida inspiró una ola de presiones de los consumidores que comenzaron a solicitar un mejor trato para los animales.

Es una tendencia que han exigido también cadenas como Starbucks, que en diciembre de 2014 anunció que eliminará la venta de productos fabricados con huevos de gallinas enjauladas, medida que tomó también Burger King y Whole Foods.

La medida también tiene tensos a otros productores de alimentos. “Si lo hacen con los huevos, ¿por qué no deberían hacerlo con los cerdos?”, aseguró el vocero del Consejo de Productores Nacionales de Cerdos en Washington, Dave Warner a Bloomberg.

“No estoy seguro si quiero algún burócrata diciéndole a un granjero cuál es la mejor manera de cuidar a los animales”.