El Supremo Tribunal Federal de Brasil comenzó ayer y verá por varias semanas el llamado "juicio del siglo" que involucra a altos dirigentes del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y que en 2005 provocó la mayor crisis del entonces gobierno de Lula da Silva.

EL JUICIO

El escándalo del "mensalao" se trata del mayor esquema de corrupción de Brasil, perpetrado durante el gobierno de Lula y que consistió en una red de compra de votos en el Congreso, para sobornar a partidos aliados menores. De cuerdo a la acusación, del estatal Banco de Brasil habrían salido recursos mediante un contrato con una agencia del publicista Marcos Valerio, que abastecía al PT de dinero clandestino para cuestiones políticas mediante depósitos en una entidad privada.

PRINCIPALES IMPLICADOS
Entre los 38 acusados está el ex presidente del PT y brazo derecho de Lula, el ex guerrillero José Dirceu, quien en 2005 renunció al cargo de ministro coordinador tras haber sido acusado de ser el "jefe de la banda" que pagó sobornos con dinero público.

La defensa de Dirceu alegó ayer que de los 500 testigos, entre ellos 100 parlamentarios, ninguno admitió haber ubicado al hombre fuerte del PT como responsable de los supuestos pagos ilegales. También están implicados en el caso el ex tesorero y el ex presidente del PT, Delúbio Soares y José Genoino respectivamente. Además, está el publicitario Duda Mendonca, encargado de la exitosa campaña que llevó a Lula al gobierno.

LOS CARGOS

Todos los acusados responden por siete delitos: formación de cuadrilla, corrupción activa y pasiva, peculado, evasión de divisas, lavado de dinero y gestión fraudulenta, algunos con penas de hasta 12 años de prisión.

Casi todos se declaran inocentes. No obstante, Soares asumió responsabilidad por la distribución de recursos considerados ilícitos a políticos aliados al gobierno de Lula, negando que fuesen para comprar votos.

Ayer Lula enfrentó la agenda mediática, minimizó el juicio y dobló la apuesta al ratificar que está trabajando por la reelección de la presidenta Dilma Rousseff en 2014.

Ante el "juicio del siglo", como los grandes medios llamaron al proceso que el Superior Tribunal Federal (STF) inició al Partido de los Trabajadores (PT), Lula, en Sao Paulo, le bajó el tono al rumbo de esta agenda e intentó posicionarse frente al escándalo por supuesta corrupción.

"Tengo otras cosas para hacer que eso (seguir por TV el juicio), quienes tienen que seguir el juicio son los abogados. Tengo que trabajar", dijo el ex mandatario (2003-2010) sobre el proceso.

El PT acusó a los medios "conservadores y a la oposición" de haber montado una "farsa y una obra de marketing" con la denuncia de sobornos, según el jefe del bloque del partido en la Cámara de Diputados, Jilmar Tatto.