El fin de semana trajo dos muertes para el Hollywood clásico, que dice adiós a dos actores míticos: el protagonista de Lawrence de Arabia, Peter O'Toole, y Joan Fontaine, la magnética protagonista del clásico Rebecca. No obstante, todavía quedan un buen puñado de leyendas vivas que mantienen el legado de aquellos años dorados.

La más veterana de todos es la germano-estadounidense Luise Rainer, quien a sus 103 años no sólo es la más longeva entre los galardonados por la Academia de Hollywood, sino que además posee el récord de ser la primera actriz que se alzó con dos premios Oscar (El gran Ziegfeld y La buena tierra) en dos años consecutivos. Aquello fue, sin embargo, "lo peor" que le pudo ocurrir y, desilusionada de la meca del cine, abandonó su carrera y regresó a Europa.

Frente a la brevísima carrera de Rainer, Eli Wallach siguió activo hasta 2010, cuando participó en Wall Street: el dinero nunca duerme. A sus 98 años, puede presumir de una vasta y prolífica trayectoria que abarca desde Baby Doll a La conquista del Oeste o El padrino III, pasando por el clásico de Sergio Leone El bueno, el malo y el feo, donde interpretó uno de sus papeles más recordados. La Academia le entregó el Oscar honorífico en 2011.

El de Kirk Douglas es otro de los pocos rostros masculinos vivos del Hollywood clásico. Tiene 97 años y una carrera que se remonta al Broadway de principios de los 40, etapa tras la cual siguieron sus recordadas Espartaco y Senderos de Gloria. Fue nominado al Oscar en tres ocasiones: El campeón, Cautivos del mal y por su papel de Van Gogh en Sed de vivir, hasta que en 1996 la Academia le dio el Oscar de honor por "50 años de fuerza creativa y moral en la industria del cine".

La muerte de Fontaine volvió a llevar a los titulares una de las rivalidades más enconadas de Hollywood: la que vivió desde los inicios de su carrera con su hermana, Olivia de Havilland. La mayor de las dos tiene ya 97 años y es una de las actrices más recordadas de la edad dorada del cine. Fue la Melanie Hamilton de Lo que el viento se llevó y se alzó con dos Oscar (To Each His Own y La heredera), pero antes de conseguir el primero su hermana Joan le "quitó" la estatuilla en 1942 con su papel en Sospecha.

Otra de las grandes divas de los años 40 y 50 fue la irlandesa Maureen O'Hara, una niña prodigio cuya carrera comenzó primero como cantante de ópera y luego, en el cine, de la mano de Alfred Hitchcock (Jamaica Inn). Fue pareja de su amigo y compatriota John Wayne en The Quiet Man y Río Grande y de la mano de John Ford rodó también la recordada "¡Qué verde era mi valle!". Su melena pelirroja fue una de las culpables de que la apodaran "reina del technicolor", pero es una de las grandes olvidadas por la Academia: a sus 93 años ni siquiera tiene el Oscar honorífico.

Igualmente "olvidado" por los académicos, dos años más joven y aún en activo es el británico Christopher Lee, que en la última década ha vuelto a vivir un idilio con la gran pantalla gracias a su papel del mago Saruman en El Señor de los Anillos y El Hobbit. Su imponente físico y su rotunda voz -ha grabado dos discos de metal- hizo que se especializara en personajes de malvado, entre los que figura su recordado Scaramanga frente a Roger Moore como agente 007.

Se llevó el Oscar a la mejor película y dirección por Ghandi, pero antes de lanzarse a probar suerte tras la cámara Richard Attemborough desarrolló una extensa carrera como actor. El británico de 90 años tiene a sus espaldas títulos como The Magic Box, El gran escape o la taquillera Jurassic Park. Su último trabajo, como director y productor, fue en 2007 con el drama enmarcado en la II Guerra Mundial Closing the Ring.

Betty Joan Weinstein Perske, conocida como Lauren Bacall, fue otra de las grandes bellezas del Hollywood clásico, con una personalísima e inolvidable voz de tono grave. Junto a Humphrey Bogart, su primer marido, rodó entre otras Tener y no tener y Cayo Largo, y participó con Marilyn Monroe en la recordada comedia How to Marry a Millionaire. Ya como "vieja gloria" hizo un pequeño papel en la superproducción Asesinato en el Orient Express y en 2010 la Academia la reconoció con el Oscar honorífico. Actualmente tiene 89 años.

En noviembre, la británica Angela Lansbury recibió emocionada su Oscar de honor a los 88 años, tras haber sido nominada e irse de vacío en tres ocasiones: con Gaslight, El retrato de Dorian Gray y El candidato de Manchuria. La emblemática protagonista de la serie La reportera del crimen fue, además de la detective más famosa de la televisión, una de las eternas secundarias de lujo desde que la Metro Goldwyn Mayer la fichó a los 18 años y todavía sigue en activo sobre las tablas.

Roger Moore pasó a la historia como el sucesor de Sean Connery en la piel del agente James Bond, al que dio vida en siete películas. Modelo antes que actor, sir Moore fue el sex symbol de los servicios secretos de Su Majestad, pero también se lo recuerda por su papel de Simon Templar en la serie El Santo. A sus 86 años, sigue activo tanto en el cine como en la televisión y desde los 90 colabora como embajador de Unicef.