La vida marina podría estar amenazada no solo por la contaminación de plástico y residuos no orgánicos, sino también por los deshechos farmacéuticos que llegan a los océanos.

De acuerdo a una nueva investigación publicada en la revista Ecology and Evolution, el comportamiento de los cangrejos de la costa de Oregon, Estados Unidos, se pueden ver gravemente afectados por mínimas dosis del reconocido antidepresivo Prozac.

Al analizar las costas, indican los autores en su estudio, se pueden encontrar trazas de casi todo, desde cafeína hasta medicamentos. Los químicos llegan ahí ya sea por el baño al tirar la cadena o mediante los laboratorios. Las trazas pasan por al desagüe y eventualmente llegan al océano afectando la vida marina.

En un laboratorio, los científicos de la Universidad Estatal de Portland expusieron a varios especímenes de cangrejo a trazas de fluoxetina, el ingrediente activo que se encuentra en el Prozac. Aquellos cangrejos expuestos a la droga eran más proclives a buscar comida a pesar de la amenaza de depredadores. Además, exploraban durante el día, actividad que los crustáceos comúnmente hacen de noche.

Según concluyeron los expertos, la exposición a esta droga bajaba las inhibiciones de los cangrejos, causando que tomaran mayores riesgos. Además, provocaba que se pelearan más entre sí, incluso entre cangrejos "amigos", peleándose hasta la muerte.

"Los cambios que observamos en su comportamiento dan a conocer que los cangrejos viviendo en muelles o en estuarios contaminados con fluoxetina están en mayor riesgo de depredación y mortalidad" indicó Elise Granek, uno de los investigadores en un comunicado de la universidad.

Según informó Elise Granek, ecologista marino involucrado en el estudio, al Daily News, más estudios se necesitarán para saber si ésto a su vez afecta a las personas que coman éstos cangrejos.