El combinado nacional de seven llegó a la ciudad jardín con ganas de seguir sumando puntos para quedarse con el Seven de Viña del Mar y finalmente clasificar al circuito mundial de Hong Kong y Vancouver. La brisa marina del balneario reñaquino amortiguaba el calor que caía sobre la cancha del Colegio Mackay. Los seleccionados chilenos llegaron al medio día para reconocer el campo de juego y realizar un entrenamiento táctico.

Los dirigidos por Edmundo Olfos, se mostraron cómodos en el terreno y con muchas ganas de comenzar lo que iniciaron en Punta del Este (Uruguay) en donde terminaron en el tercer lugar, con altas posibilidades de hacer un buen papel. En el entrenamiento practicaron pases y jugadas tanto en ataque como en defensa.

Nicolás Herreros, seleccionado y jugador de Tribe (Australia) se refirió al desafío. "Venimos con harta confianza y entrenando muy duro. Tenemos un grupo muy bueno y estamos concentrados en hacer lo que sabemos. La cancha está muy buena y esperamos que sea un muy buen torneo. Vamos a ir paso a paso, confiamos plenamente en nosotros y que podemos salir campeones".

"Hoy día entrenamos muy bien y queremos seguir haciendo las cosas bien. Somos un equipo joven, con muy buen futuro y ganas de mejorar el rugby chileno" agregó Franco Velarde, jugador de Viña Rugby Club.

En tanto Martín Verschae, se refirió al renovado plantel de la selección nacional de la modalidad. "Somos un equipo relativamente nuevo, con muchos jóvenes, proyección y harta capacidad física. También tenemos a los veteranos del equipo, como Felipe Branguier, que ponen la experiencia en el grupo. Somos todos muy buenos amigos y nos sentimos muy preparados para afrontar el torneo".

De ésta forma los Cóndores llegan a Viña del Mar. Tranquilos, confiados y con ganas de entrar en la historia del rugby nacional. La Selección tiene altas posibilidades de clasificar al circuito mundial, siendo el equipo sudamericano mejor posicionado y seguido de Uruguay con cinco puntos de diferencia.