En menos de una semana el Presidente colombiano Juan Manuel Santos recibió dos grandes sorpresas: la primera el domingo pasado cuando en el plebiscito de ese día se impuso el "No" al acuerdo de paz con las Farc, mientras que la segunda, ayer cuando un llamado desde Oslo le anunció que había obtenido el Premio Nobel de la Paz.

Esta última noticia no sólo es vista como un gran impulso al proceso de paz que por casi cuatro años se negoció en La Habana, sino que también tiene lugar en un momento especialmente oportuno. Esto, porque tras el triunfo del "No", Colombia quedó en un limbo. Si bien la consulta no era vinculante, Santos se vio obligado a abrir un diálogo con la oposición encabezada por Alvaro Uribe (líder del "No"), puso una fecha tope para alcanzar un nuevo acuerdo o de lo contrario el cese el fuego se acaba el 31 de octubre y envió a sus negociadores a discutir nuevamente con los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en La Habana.

"Agradezco infinitamente y de todo corazón esta honrosa distinción. La recibo, no a nombre mío, sino a nombre de todos los colombianos, en especial a las millones de víctimas que ha dejado este conflicto que hemos sufrido a lo largo de más de 50 años. Colombianos, este premio es de ustedes", aseguró el Presidente Santos, desde la Casa de Nariño. El premio de Santos fue recibido como un espaldarazo internacional a los acuerdos de paz ya que entrega, a ojos del mundo, un fuerte mensaje de apoyo al proyecto de paz.

Tras la obtención del Nobel de la Paz el escenario para Santos podría empezar a cambiar. "Este premio afirma al Presidente Santos en su gobierno y en el poder en un momento en el que estaba severamente debilitado por el resultado del plebiscito del domingo pasado", explicó a La Tercera el analista político colombiano Jorge Restrepo, quien agrega que el mandatario habría superado ya la crisis política en la que se encontraba tras los resultados.

"Yo diría que está casi por completa superada la crisis política. Una crisis política profunda en la que el Presidente venía navegando en aguas turbulentas y en esto encuentra viento a su favor. En este momento no se puede hablar de un cuestionamiento hacia el Presidente y su gabinete por mantenerse en el poder hasta el final del período", explica Restrepo.

Sin embargo, los analistas aseguran que no será fácil llegar a un acuerdo. "No creo que haya mucho margen de maniobra para cambiar el acuerdo ya alcanzado; si llegan a alguna enmienda será cosmética. Y hay una presión de tiempo para salvarlo. No va a ser fácil", aseguró a la agencia France Presse el analista político estadounidense Marc Chernick. "El gobierno está buscando una salida en dos frentes: con la oposición y con las Farc. Ambos dijeron estar dispuestos a dialogar para salir de la crisis, pero hasta ahora la guerrilla no ha dicho que se podría renegociar el acuerdo", agregó el analista. "Este espaldarazo del Comité Nobel y de la comunidad internacional va a fortalecer a Santos y los esfuerzos de rescatar el proceso", dijo Chernick.

El premio, eso sí, excluye al líder de las Farc, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", que firmó el acuerdo en una ceremonia a la cual asistieron personalidades de todo el mundo, el pasado 26 de septiembre en Cartagena de Indias.

A través de su cuenta en Twitter, Timochenko dijo que "el único premio al que aspiramos es el de la #PazConJusticiaSocial para Colombia, sin paramilitarismo, sin retaliaciones ni mentiras".

Sin embargo, más tarde utilizó la misma red social para felicitar formalmente al mandatario. "Felicito al Presidente Juan Manuel Santos, a garantes Cuba y Noruega, acompañantes Venezuela y Chile sin los cuales sería imposible la Paz", escribió el líder de las Farc.

Según Restrepo, el Nobel tiene una doble función: impulsar el acuerdo, pero también impulsar a quienes apoyaron al proceso de paz y luego se vieron desilusionados por su derrota en las urnas.

"Curiosamente esto también le da argumentos a la comunidad internacional para apoyar el proceso de paz. En un momento en que lo necesitaba porque la sensación- en muchos lugares era de incredulidad y de haber hecho el ridículo, de haber apoyado un proceso que no tenía apoyo interno en Colombia", señaló Restrepo a este diario desde Bogotá.

El Comité Noruego del Nobel, cuyo país también es garante en el proceso, admitió que con el premio esperan impulsar el proceso.

"El hecho de que la mayoría de los votantes hayan dicho que No al acuerdo no quiere decir que el proceso de paz haya terminado", aseguró el Comité, que advirtió que aún hay riesgos de que el proceso de paz colapse.

El anuncio del premio trajo consigo una oleada de felicitaciones de distintos líderes planetarios, como el Presidente estadounidense, Barack Obama; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la activista guatemalteca y también Nobel de la Paz, Rigoberta Menchu. Precisamente la líder guatemalteca había sido la última latinoamericana en recibir el Nobel de la Paz, en 1992.

A su vez, Santos se convirtió en el segundo colombiano en ser galardonado con un Nobel después del premio (Literatura) logrado en 1982 por Gabriel García Márquez.

Quien también se mostró crítico del premio fue el columnista de El País, John Carlin. "Una vez más el aplauso de la comunidad internacional ha resultado ser prematuro", dijo.

"Santos ha ganado el Premio Nobel por haber hecho la paz con las Farc, pero aún no la ha hecho con Alvaro Uribe, su antecesor en la Presidencia y principal opositor al tratado firmado con la guerrilla", escribió Carlin.

También la ex senadora y ex rehén de la guerrilla, Ingrid Betancourt, opinó desde Francia que el grupo armado "merecía también haber recibido el Nobel de la Paz".