Los 27 de años de autonomía del Banco Central han permitido consolidar el prestigio de una de las instituciones más reconocidas de nuestro país. No solo ha destacado su acertado manejo en mantener la estabilidad de los precios, sino además se ha convertido en el principal referente técnico en materia económica.

La reciente nominación de la economista Rossana Costa como consejera, que llegaría a suplir la vacante que dejó el expresidente Rodrigo Vergara en el consejo, demuestra con creces que la valoración que otras instituciones tienen del Banco Central se mantiene inalterada. A pesar de que aún es necesaria su ratificación en el Senado, la propuesta hecha por el gobierno de impulsar su nombramiento parece contar con amplio consenso en el parlamento. De aprobarse, Costa pasaría a ser la segunda mujer en integrarse al consejo.

Cabe destacar que el gobierno, y en particular el ministro de Hacienda, en todo momento del proceso de búsqueda velaron por mantener los equilibrios políticos y asegurar que el consejo de la principal institución económica del país fuera integrado por economistas del más alto prestigio y valoración transversal. Estos son precisamente los requisitos que reúne Rossana Costa. Su trayectoria no solo es destacada por personas ligadas a la centroderecha; parlamentarios de todas las tendencias ven en ella a una economista rigurosa, dialogante y muy comprometida con su trabajo.

Los desafíos que enfrenta nuestra economía no son menores. Al lento crecimiento registrado en el último periodo se suman las amenazas externas que se ciernen sobre nuestro mercado, entre las que se encuentran la debilidad de la economía china, la situación geopolítica en Europa y la incertidumbre que genera la llegada de una nueva administración a Estados Unidos, entre otras. En este contexto desafiante, es una señal de tranquilidad contar con un Banco Central autónomo, transversal y liderado por profesionales con un alto perfil técnico.