Es emocionante, es triste. Toda la carrera la hicimos juntos con Milovan Mirosevic. En Argentina, Israel, la Católica y en la Selección. Son muchos momentos los que uno va recordando, pero así es la vida. Se cierran unos ciclos y se abren otros. A mí me va a tocar muy pronto y estaré muy triste y sentiré cosas diferentes al empezar una experiencia nueva.

Ojalá que el Milo nunca se vaya del fútbol. Si bien esta parte como futbolista se acaba, el fútbol lo necesita a él. Hay gente que no debe estar en el fútbol, gente que no debe estar nunca y gente como él, que siempre debe estar. A mí no me sorprende su decisión, yo vi el problema de su pierna, no lo estaba pasando bien. Si me hubiese pasado a mí, quizás hubiera tomado la misma decisión.

Este paso del Milo no sé si me ayuda o no. Me da más miedo, porque se viene un momento raro, un momento difícil. Pero ya está, no importa.

El Milo tomó la decisión, y yo la voy a respetar ciento por ciento, porque a él lo banco a muerte.