La percepción de corrupción gubernamental en Chile anotó en los últimos 10 años uno de los saltos más bruscos dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).

Según la edición 2017 del informe "¿Cómo va la vida?", este indicador registró un aumento de 29 puntos porcentuales entre 2006 y 2016, siendo el segundo mayor avance entre los 35 miembros de la Ocde. La variación local sólo fue superada por el incremento de 34 puntos registrado en Eslovenia y se compara con el alza promedio del bloque de 3 puntos.

En 2006, un 53% de la población consideraba que la corrupción era un problema generalizado, proporción que se disparó a 82% una década más tarde, de acuerdo a datos de la Encuesta Mundial de Gallup citados por el reporte.

De esta manera, Chile se ubica entre los países con mayor percepción de corrupción, al quedar por debajo de Italia (89%) y México (83%) y compartir el tercer lugar con España y Portugal.

En esa misma línea, la nación también destaca como uno de los mercados donde más cayó la confianza en el gobierno nacional. Entre 2014 y 2016, la confianza promedio llegó a 30,1%, lo que supone un retroceso de 20 puntos porcentuales respecto del período 2005-2007.

Este descenso es el cuarto más elevado del grupo, después de Eslovenia (-27 puntos), Finlandia (-25 puntos) y España (-24 puntos).

Menor acceso a vivienda

En la ficha dedicada a Chile, los expertos de la Ocde afirmaron que la vivienda se ha vuelto "ligeramente" menos accesible, ya que entre 2013 y 2015 se produjo un aumento de la proporción del ingreso familiar destinado a gasto del hogar, desde 18,1% a 18,5%.

En la dimensión de ingresos y patrimonio financiero, la entidad precisó que el patrimonio neto de las familias creció cerca de 41% de manera acumulada entre 2011 y 2014.

En tanto, los salarios han subido de forma constante en los últimos años, llegando a ser en 2016 un 25% más altos que en 2005 en términos reales. Luego de escalar en 3 puntos porcentuales en 2010, la tasa de ocupación se ha mantenido estable.

En cuanto al balance vida-trabajo, la porción de empleados que trabajan 50 o más horas a la semana bajó desde 17% en 2010 a cerca de 10% el año pasado.