ESTE MEDIO informó sobre las dificultades que parecen estar teniendo los sostenedores educacionales para adecuarse al nuevo marco normativo que impuso la ley que eliminó el lucro, el copago y la selección de la educación escolar subvencionada. Si bien, en enero se aprobó una "ley miscelánea" que amplió los plazos para adecuarse a la nueva normativa -fundamentalmente para que los sostenedores definieran si van a seguir operando como colegios subvencionados, privados o definitivamente cerrarían- no hay claridad que lo que resta de este año, cuando acaba el plazo para tomar dicha decisión, sea suficiente para despejar las dudas que existen entre los sostenedores.

Cabe recordar que otra investigación de este medio informó, en agosto pasado, que el 45% de los sostenedores aún no decidían cuál de los caminos mencionados seguir o el Ministerio de Educación no contaba con información. Desgraciadamente, no ha habido una actualización de dicha información que permitiría hacerse una idea de cuán compleja es la situación en términos del número de establecimientos que podrían cerrar o transformarse encolegios particulares pagados. Esto, en la práctica, forzaría a que muchas familias deban buscar otro establecimiento para sus hijos.

Los radicales cambios realizados mediante la ley que terminó con el lucro, el copago y la selección modificaron de manera relevante las reglas de nuestro sistema escolar. Existe poca evidencia que la reforma, una vez asentada, genere una mayor calidad de la educación. Por el contrario, sí hay certeza que varios sostenedores en lugar de estar guiando a sus establecimientos hacia mejores aprendizajes, están abocados a cumplir con la costosa y compleja nueva legislación.