Los padres del bebé británico Charlie Gard han terminado su pelea legal para llevar a su hijo a Estados Unidos para el tratamiento experimental.

El abogado que representa a la familia, dijo ante el Tribunal Supremo de Londres que "el tiempo se había agotado" para el bebé de once meses y que habían tomado esta decisión luego de que un médico estadounidense les dijera que era tarde para iniciar la terapia con nucleósidos.

Los padres Chris Gard y Connie Yates del bebé, que permanece ingresado en el hospital Great Ormond Street de Londres conectado a unos aparatos que lo mantienen con vida, mantenían un conflicto judicial con el centro, que derime el Tribunal Superior y estaba previsto que mañana esa corte decidiera si autorizaba o no que el pequeño sea llevado a Estados Unidos para ser tratado.

El caso de Charlie, que sufre una rara enfermedad genética, ha despertado un gran debate en el Reino Unido. Los doctores que trataron al pequeño desde su nacimiento aconsejaron a los padres que lo dejaran morir y la justicia británica les dio la razón, lo que llevó a los padres a presentar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El juez que llevaba la causa tenía que decidir hoy en la audiencia si las pruebas médicas permitían a los padres sacar a Charlie del país y llevarlo a Estados Unidos, donde hubiera sido sometido a un tratamiento experimental. Pero el abogado de la familia anunció que ante las últimas evidencias médicas "continuar con este tratamiento ya no debeficia la salud de Charlie".