El buen uso de la lengua ayuda a ser más libres. El lector Martín Cortázar, de Concepción, señala que en este espacio "se ha expuesto a menudo la importancia de hablar correctamente la lengua española y, desde luego, escribirla bien. Pero lo que uno lee en los medios escritos, o escucha por radio, televisión y en la calle, poco o nada contribuye a este propósito. ¿Qué le depara el futuro a nuestra lengua?".

Imposible saberlo. No existen los adivinos que puedan explorar el futuro con certeza. Pero, la preocupación es permanente. Los profesores ayudan como pueden en la enseñanza básica y media, y los medios escritos hacen su parte, aunque todo parece insuficiente. Años atrás, varios notables lingüistas presentaron ponencias en una mesa redonda sobre el uso de la lengua y cómo mejorarla; e hicieron algunos pronósticos para el futuro. Eso ocurrió en 1997, hace 20 años, de modo que ya vivimos en ese futuro...

El lingüista y doctor en Filosofía Gilberto Sánchez Cabezas reclamaba mayor preocupación estatal en las entidades educacionales, un sincero empeño de los medios de comunicación y el interés de cada miembro de la comunidad hablante, que somos todos. Alfredo Matus Olivier, director de la Academia Chilena de la Lengua, señalaba en esa misma ocasión que percibía una "indolencia lingüística", que definía como "desgano, negligencia o apatía en cuestiones idiomáticas: ...habla como quieras".

El académico Sánchez indicaba que el español era (y sigue siendo) el tercer idioma del mundo, si atendemos al número de hablantes, y ya entonces preveía que nuestra lengua tendría un rol importante en la globalización de las comunicaciones y de la cultura. "De no ocurrir esto" -decía- "el español podría permanecer en un sitial de subordinación respecto de otros idiomas, principalmente del inglés". Él demandaba que la enseñanza del español en la educación fuera una tarea fundamental, preferente, y sostenía que "hablar (y escribir) correctamente implica saber más, discriminar mejor todo tipo de mensajes y, por lo tanto, tomar decisiones con mayores fundamentos. En definitiva: ser más libre".

El futuro (¿otros 20 años?) dirá si lo estamos haciendo mejor.

Verbo impersonal

La lectora Gloria M. Salazar señala que muchos políticos tropiezan con la misma piedra que, en este caso, es una forma verbal. Indica que el diputado Pedro García, en entrevista publicada por La Tercera, dice "Van a haber simpatizantes DC que van a votar por Piñera". La misma declaración del título la repite en el texto, también entre comillas, como respuesta a una pregunta del periodista.

Cuando "haber" se usa como verbo impersonal e indica la presencia o existencia de varias personas o cosas, nunca debe usarse en plural, porque el sustantivo que sigue al verbo no tiene el papel de sujeto. Por lo tanto, aunque ese sustantivo sea plural, el verbo no tiene por qué serlo. De esta forma se dirá "hubo grandes lluvias" o "habrá grandes sorpresas" y, también, "va a haber simpatizantes (...)", y no "hubieron grandes lluvias", "habrán grandes sorpresas" ni "van a haber simpatizantes...".

El autor de la entrevista debió percatarse del error, y pudo arreglarlo sin alterar ni un ápice el sentido de la declaración.